Quantcast
Channel: ALMANAQUE NATURAL
Viewing all articles
Browse latest Browse all 164

El Pico del Lobo

$
0
0
Pico del Lobo, 2.773m cima más alta de Ayllón y de Castilla la Mancha


            El Pico del Lobo es la cumbre más alta de toda Castilla la Mancha y del Macizo de Ayllón, el último gran macizo del Sistema Central, con permiso de la Sierra de Alto Rey, un poco más al oriente y de otras sierras menores que hacen casi de puente con el Sistema Ibérico. Hace poco decidí retomar un estudio pendiente sobre la geomorfología y vegetación de la alta montaña del Sistema Central y voy a tratar la vegetación de los neveros, desde la Sierra de Béjar a occidente hasta el Macizo de Ayllón en oriente.


          Esta es la tercera vez que subo al Pico del Lobo, las otras veces fuí de montañero y en invierno, una de ellas con una ventisca de impresión en la que nos vino de perlas el horrible monumento a la estupidez humana –española en particular-, que es la ruina de un hipotético restaurante en la misma cumbre del Lobo, que iba a culminar todo el chiringuito económico “deportivo” de la estación de esquí de La Pinilla. Pudimos comer, en aquella ocasión, ateridos entre la niebla exterior e interior protegidos por las cuatro gélidas paredes de ese adefesio.

La llanura castellana de Segovia desde los altos de Ayllón

            Esta es la tercera vez que subo al Pico del Lobo, las otras veces fuí de montañero y en invierno, una de ellas con una ventisca de impresión en la que nos vino de perlas el horrible monumento a la estupidez humana –española en particular-, que es la ruina de un hipotético restaurante en la misma cumbre del Lobo, que iba a culminar todo el chiringuito económico “deportivo” de la estación de esquí de La Pinilla. Pudimos comer, en aquella ocasión, ateridos entre la niebla exterior e interior protegidos por las cuatro gélidas paredes de ese adefesio.

Alto valle glaciar del Jaramilla, al fondo pintada de amarillo la morrena fronto-lateral 

Nada más llegar un día de esos que ya marcaba claramente que habíamos dejado atrás esos frescos días de mediados de junio, para entrar climáticamente en verano. Cuando de camino hasta las cercanías de Somosierra todo estaba ya agostado, al llegar a La Pinilla y bajar del coche, me dí de bruces con la primavera, incluso con sus inicios. Esas altas laderas orientadas al norte, apenas estaban con las primeras flores de la temporada.

Armeria caespitosa tapizando los prados de cumbres

La primera flor que me llama la atención y que me acompañará todo el día, es una violeta, la Viola cornuta subsp. montcaunica, una flor que nos recuerda que no estamos muy lejos del Moncayo, la mayor altura de la Ibéricay sierra de donde viene esta violeta y otras muchas plantas e incluso vegetación, como el mosaico de piornos y brezos del límite superior del bosque, destacando unas relaciones que yo diría más cercanas, quizás por lo litológico, de Ayllón con el Moncayo que con el Guadarrama.


Al acercarme a un arroyo a coger agua veo una buena mancha de helechos Blechnum spicant, coronando un talud turboso de musgos y esfagnos con droseras por abajo y Vaccinium uliginosus; entre las rocas del arroyo.


            Ganando altura me voy acercando al límite del bosque, va cobrando importancia el matorral que, como en toda la subida, da preferencia a los brezos frente a los piornos. De estos últimos he tenido una florida representación durante el acercamiento a esta montaña, de la gran Genista florida y de Adenocarpus lainzii (aunque hay quien le llama A. complicatus, pero después de tanto andar por Asturias y León, no me queda duda). En otros puntos también se podíahe visto al codeso Adenocarpus hispanicus y ahora aparece el piorno serrano, Cytisus oromediterraneus.



            El matorral oromediterráneo, pues ya estoy en la cara norte y por encima de los 1800m., es una mezcla de piornos y brezos. Algo más abajo parecía haber predominio del brezo rojo  Erica australis, pero aquí arriba predomina el brezo blanco Erica arborea. Algo más arriba y sobre todo, en la cara sur, ya aparece un claro predominio del piorno y en orientaciones favorables el brezo rojo.

Dos uñas de gato montañeras Sedum brevifolium (derecha) y el nival Sedum candolleanum (izquierda)

           

            El pinar de repoblación ha sido introducido hasta unas alturas irracionales, abancalando incluso prados psicroxerófilos, obviamente con un resultado lamentable, pues, aunque  con los años, algo se ha igualado, topográfica y vegetalmente, ha sido un destrozo y un gasto inútil, pues en esas condiciones no han prosperado los pinos. En algún punto se vé alguno nacido de semilla, prosperan hasta cuatro o cinco años y luego algún hielo o fuerte nevada les da el finiquito.

Pastizal crioromediterráneo lleno de Biscutella nevadensis

            Llego casi a la cuerda. En los manaderos y cervunales, abunda el botón de oro, Ranunculus alleae, con Pedicularis sylvatica y Veronica langei, cercado hacia el piornal por gencianas, biscutellas y, muy abundante también y grácil Saxifraga, más del tipo de la granulata que de la willkomii.

Pedicularis sylvatica, vegetación de turbera y cervunal húmedo

            Llego a la cuerda, cambia radicalmente el paisaje, del plano lienzo tendido hacia una interminable llanura castellana, al galimatías de serrezuelas del norte de Guadalajara, lleno de valles y líneas de pistas y cortafuegos. También se ve muy claro el contraste entre las zonas repobladas de pinares, en primer término, llenas del rayado topográfico de las plantaciones llenas de pistas y cortafuegos,y las zonas de vegetación silvestre del alto de Hontanares y el puerto de la Queseracon el hayedo de La Pedrosasobre él.

Cordal lleno de plantaciones, al fondo incluso hayedos cerca de La Quesera

              Estoy en un ecotono entre el piornal y los prados de cumbres, aparece abundante y eso que aún no está en su apogeo floral la Armeria caespitosa, que en damero con la Biscutella nevadensis y la Minuartia recurva( que está empezando a llenarse de flores blancas), representan a toda actual vegetación florida de la zona. Aparecen muy dispersos y escasos, a no ser que aparezcan asomos rocosos, los enebros rastreros y ejemplares enanos de Pinus sylvestris que no llegan a prosperar en este “movible” suelo, más allá de tres o cuatro años.



            Donde existe algo más de humedad, está a tope el botón de oro Ranunculus alleae, con Pedicularis sylvatica y la Veronica langei y en las rocas del cordal dominan como un manto que cubre las rocas el enebro rastrero Juniperus alpina y adornado de saxífragas. En los claros entre el piornal se ven las grandes gencianas amarillas Gentiana lutea y más abundante que en ningún lugar del Sistema Central, los amarillos anteojos Biscutella nevadensis.

Al fondo el Tres Provincias, en primer plano la estación de La Pinilla. Parte de los remontes sobre una gran morrena lateral

            También se ve muy bien el pico de la Cebollera o Tres Provincias (M, SG y GU) con su doble circo orientado al este, uno el noreeste, tiene la huella del cucharón glaciar pero sin ningún nevero y el otro el sureste, es idéntico pero tiene una buena acumulación nival. Esto señala bien a las claras que el factor que determina la localización de los neveros es el de la acumulación debida a los vientos dominantes en mucha mayor medida que el factor orientación.

El Narcissus nivalis creciendo como indica su buen nombre, al borde de los neveros

            Corono el collado entre el pico de Las Peñuelas y la cuerda, y ya veo el pico del Lobo y la gran hoya del Lobo en su ladera sur. Impresionante, toda la hoya es un conjunto monumental de geomorfología glaciar y periglaciar, con el cresterío sur sin apenas acumulación nival a pesar de su buena orientación. El centro de la gran hoya sureste muestra claramente cual fue el circo glaciar, con el centro vacío y despejado, salvo algún bloque errático, y los laterales cargados de taludes de grandes bloques y neveros.


            El pico del Lobo aparece casi heráldico de no ser por ese infausto monumento a la especulación que la montaña nunca permitió con sus condiciones de dureza, estúpidamente menospreciadas por ingenieros y “emprendedores”, adefesio que incluso hoy en día tiene las laderas cercanas llenas de sus escombros y chatarras.

En el arroyo de los Cantos se pueden apreciar planchas metálicas desparramadas entre los blancos cantos de cuarzo

          La gran hoya del Lobo en su ladera sureste es impresionante, toda la hoya es un conjunto monumental de geomorfología glaciar y periglaciar, con el cresterío suroeste sin apenas acumulación nival a pesar de su buena orientación. 


Bloque errático mostrando los pliegues sufridos por la roca metamórfica del pico del Lobo

          El centro de la gran hoya sureste muestra claramente cual fue el circo glaciar, con el centro vacío y despejado, salvo algunos grandes bloques erráticos, el lugar inicial para la acumulación y posterior movimiento gravitacional del hielo; los aledaños y laterales de la cuerda cargados de taludes de grandes bloques y neveros; y por delante todo un conjunto de materiales morrénicos.


La cima de la primera morrena está colonizada por el piorno

            Desparramándose ladera abajo, las morrenas más modernas algo caóticas, de transición entre las genuinas y morrenas de nevero; la clara morrena de un dilatado máximo glaciar lo es más al estar totalmente floridos los piornos que la culminan aunque en sus partes inferiores predominan los brezos rojos; y, una “elucubrable” morrena de mayor tamaño de un máximo anterior, de la que podrían dar fé las hombreras glaciares de ambas vertiente y unas probables formaciones postizas (morrenas) en brusco descenso hacia el fondo del valle.

Matillas del raro brezo Erica cinerea, en la vecindad de los neveros

              Llama la atención que los neveros aparte de localizarse arriba en las alturas, protegidos por las paredes, también están presentes, y de buen tamaño, hasta doscientos metros por debajo, en las incisiones sobre material morrénico del zigzagueante arroyo que desciende del gran nevero oriental. Me quedé con ganas de bajar a verlos, pues seguramente hasta tendrían galerías por debajo de ellos y por encima del curso del arroyo.

Del deshielo  de este gran nevero nace el río Jaramilla, futuro afluente del Jarama

            Desde donde me encuentro se puede ver claramente el enorme deshielo del gran nevero que desparrama su caudal por una ladera-cervunal para ir a formar el caudal inicial del Jaramilla, que más abajo recogerá las otras aguas de deshielo del resto de la Hoya del Lobo. Todo el nevero está rodeado por los narcisos de la nieve, con una ecología que solamente aparezcan ceñidos al deshielo nival, al retroceder la nieve, la acompañan fielmente en su retroceso, siendo imposible encontrarlos lejos de la nieve aunque haya agua. También, en una posición más alejada de la nieve pero aprovechando sus aguas se puede localizar a la norteña y escasísimo brezo Erica cinerea.


Narciso nival en su nicho ecológico, el borde menguante de los neveros

              En el centro de la Hoya asoma un escalón estructural y sobre él aparece algún gran bloque errático que muestra las ondulaciones de los pliegues a los que fue sometida las rocas metamórficas de este macizo. Bajo el bloque, sobre la roca, un reguerillo deja arenas acuosas que tienen mucho Sedum rivasgodayanus, un Sedum que Flora Ibérica se ha saltado por la cara, sin ninguna explicación, obviando su existencia.

El Sedum rivasgodayanus, un fantasma en Flora Ibérica, ahora sin su rosada flor


            Al suroeste del asomo rocoso quedan un conjunto de lagunillas de fusión nival, alimentada por fuentes y neveros que dejan un conjunto de aguas estagnantes y corrientes de gran interés, con vegetación turfófila asociada de Carex carpetana, Viola palustris, las carnívoras Drosera rotundifolila y Utricularia minor, Pedicularis sylvatica, etc.

Lagunillas, manantiales y turberas de obstrucción morrénica en el circo del Lobo


            Rodeé la zona de las lagunillas y ví los primeros nacederos, unos le vienen de la vaguadilla por delante de la alta línea de altos y estables taludes, y otros le llegan del subsuelo, creando huecos entre el musgo y la vegetación  semi-acuática creando en conjunto un buen chorro, y es que estamos en el momento álgido del deshielo.

El agua brotando a borbotones entre los cojines de musgo


La loma por encima de la lagunilla está muy estabilizada, apenas están asomando ahora los helechos Dryopteris oreades y Cryptogramma crispa; más desarrolladas están las grandes hojas de la Gentiana lutea, y en pleno boom las violetas del Moncayo y las biscutelas. Se ve bastante Murbeckiella boryi, el sérpol Thymus praecox, saxífragas y otras especies entre las que seguro que hay buenas plantas norteñas poco comunes en el resto de estas montañas.

Una genciana amarilla Gentiana lutea creciendo en un talud estabilizado

Al salir de vuelta hacia la cuerda, remonto el vallejo inicial, el que tenía los grandes neveros por abajo, el llamado valle de Cantos, y que hace honor a su nombre pues destacan mucho los cantos blancos de cuarzo, fruto de la acción nival que va carcomiendo las laderas desde el interior desde estos surcos. Todavía me queda la bajada, que por cuestiones de tiempo, he decidido que sea en bicicleta, duro pero breve, quizás sea una de mis últimas “machadas”, pues empiezo a no tener el cuerpo para este tipo de burradas.

"Pulvinículo" de Minuartia recurva, un diseño vegetal preparado para soportar las más duras condiciones climáticas

Viewing all articles
Browse latest Browse all 164

Trending Articles