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Extinción masiva de especies en Madrid

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Ya en otra entrada advertía del peligro que corría una de las mejores localidades botánicas de todo Madrid. En ella clamaba por la consideración que merecía un enclave único, de características únicas y de plantas que a pesar de lo mundano e intervenido de este espacio, son únicas en toda la geografía madrileña y española.
            La Comunidad de Madrid, ya no es el Rincón de Espe, es el Cortijo del González y nada de lo previsto por la autoridad, se va a alterar por mucho que berreen los cuatro ecologistas cantamañanas de siempre.


                        El descampado la pasada primavera durante una visita de investigación

           Desgraciadamente, paso a trascribir el texto literal  publicado en la web de ARBA Bajo Jarama, sobre el flagrante atentado ecológico que ha tenido lugar en un maravilloso descampado de las afueras de Coslada y que estoy seguro tendrá consecuencias jurídicas para la C.A.My un fuerte desprestigio para la farmacéutica COFARES.
         Están pasando por nuestras vidas y lugares como un elefante por una cacharrería, la ley les importa poco, el dinero, no es el suyo, es el de todos, pero por lo menos que pasen la vergüenza o el mal rato de que se aireen y publiquen sus bajezas y cortedades, para que quede en la memoria de todos como son nuestros gobernantes y algunas de nuestras empresas.


                  Estado de una parte de la parcela a finales de la primavera pasada

           Ignacio González (excuso el Don por impropio), digno pupilo de Espe y tan democráticamente votado como la alcaldesa de la capital, ha tenido a bien destrozar unos baldíos y baratos terrenos marginales de Coslada que acunaban un tesoro científico incalculable. Si ha hecho lo que ha hecho, cuando no le costaba nada dejarlo estar y contentar así a la comunidad científica y ecologistas, es para temerse lo peor, la sanidad, la educación, el bien público está claro que solamente podrán servir a sus intereses  y si no le sirven, mejor roto que teniendo algún tipo de utilidad.

                       Estado actual, a principios de febrero de 2013, de la misma parcela tras ser roturada


Texto de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono del Bajo Jarama:


"La infamia se consuma. Cofares, con la colaboración necesaria de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha provocado la mayor extinción simultanea de especies en el territorio madrileño que se conoce.

El movimiento ambientalista y el mundo científico saludaron con alborozo el descubrimiento en 2005  de los innumerables tesoros botánicos que albergaba una pequeña parcela situada en el margen de un polígono industrial, el CTC, situado en el municipio de Coslada. Sin embargo, y pese a que dio noticia a las autoridades locales de los valores ambientales que reunía tan pequeño enclave (apenas 10 Hectáreas que albergaban 350 especies de plantas) el ayuntamiento autorizó y posteriormente la comunidad de Madrid avaló que se urbanizasen los terrenos, para construir en ellos naves industriales para la empresa farmacéutica Cofares.

De nada ha valido la lucha. Las tretas para degradar el espacio por parte de empresa, ayuntamiento de Coslada y Comunidad de Madrid han sido constantes. Primero vertieron escombros y basuras en el lugar. Tras la denuncia de los hechos, procedieron a su retirada. Posteriormente y dado que la campaña de defensa del enclave se basó en la presencia de una alcachofa silvestre, la Cynara tourneifortii, en peligro de extinción a nivel mundial y de una malva, la Malvella sherardiana, en peligro de extinción en España, Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid intervino para permitir la destrucción del ecosistema. Y lo ha hecho por la vía más expeditiva: arrancar unas decenas de ejemplares de ambas especies, trasladarlas a enclaves y ecosistemas distintosde aquellos, únicos e irrepetibles donde vivían y dar luz verde al exterminio de los restantes ejemplares y a la roturación del enclave.

El día 4 de febrero hemos podido comprobar, in situ, el final del pastizal del CTC. Ha sido  roturada la totalidad del enclave, salvo los ribazos de la vía del tren, sepultando o arrancando multitud de ejemplares que no han sido trasplantados de las dos especies que la C.A.M. ha querido simular proteger. Ante estos hechos tenemos que puntualizar varias cuestiones.

El trigo silvestre Triticum boeoticum ha dejado de existir en Europa, gracias a COFARES y la CAM

        En primer lugar, el transplante no garantiza la pervivencia de las Malvellasy las Cynaras. Hemos podido comprobar que han sido transplantadas a hábitats diferentes. En Rivas-Vaciamadrid, sin ir más lejos, en lugar de terrenos de arcillas grises profundos situados en vaguada, y con un alto nivel freático, se han trasladado a la cumbre de un cerro, sobre margas calizas, en un lugar sin la suficiente humedad, rodeadas de árboles fruto de una repoblación de la propia comunidad que, caso de sobrevivir los ejemplares, entrarán en competencia con los mismos abocando en un medio plazo a su desaparición, al transformarse el pastizal en bosque. En resumen, creemos que “se ha procedido a aparentar que se hacía algo, sin importar el resultado de las actuaciones, más allá del efecto propagandístico que las mismas han tenido a través de medios de comunicación como el periódico ABC”.

Cynaras medio secas por el aclareo y catalogación para su posterior traslado (salvación según el ABC)

En segundo lugar la roturación del enclave ha tenido efectos catastróficos sobre la conservación de varias especies en peligro de extinción en la comunidad de Madrid, provocando la extinción de varias de ellas y colocando a otras al borde de la misma. En orden de mayor a menor gravedad la actuación conjunta de Medio Ambiente, el ayuntamiento de Coslada y Cofares ha provocado los siguientes efectos:                                                          ("Catálogo de la vergüenza")
  
- Especies extintas de toda Europa Occidental:   Una.

        Triticum boeoticum: la especie de trigo salvaje que dio origen por cruce con otras especies de gramíneas a los trigos domésticos actuales. Se distribuye por el sudeste de Europa y Turquía. La del CTC era la única población conocida en toda Europa Occidental, descubierta en 2012. Extinguida por Cofares y Medio Ambiente de la Comunidad  de Madrid.


- Especies extintas en la comunidad de Madrid:   Cuatro.

      Convolvulus humilis: una pequeña correhuela anual que se creía extinguida en Madrid hace más de 60 años y redescubierta en el CTC. Única población madrileña, extinguida por Cofares y Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
      Teucrium spinosum: planta herbácea anual que como otras del enclave, en España solo crece en Andalucía y también en Ciudad Real. Presente en Madrid en el famoso enclave del Cerro Negro, engullido por el crecimiento de la Ciudadde Madrid. Redescubierta una nueva población en el CTC, 200 años después. Nuevamente se da por extinguida en Madrid gracias a la actuación de Cofares y Medio Ambiente.
        Scolymus maculatus. Cardo conocido en Andalucía como Tagarnina, abundante en las costas del sur y levante, pero ausente de la zona centro peninsular. Extinguida por la supresión de la población del CTC de Madrid por la actuación de Cofares y Medio Ambiente.
        Gladiolus italicus: Espectacular gladiolo silvestre. Una de las pocas poblaciones de la zona centro de España y de la Comunidadde Madrid se encontraba en el CTC. Extinguida por Cofares y Medio Ambiente.


- Especies en peligro de extinción en Madrid que han perdido una de sus mayores poblaciones:   Dos.

        Geropogon hybridus: bella flor que crece básicamente en Andalucía y citada en Madrid a principios del siglo XIX. Durante 200 años no se vuelve a encontrar ni un solo ejemplar. Redescubierta en el CTC, donde había varios miles de ejemplares y una población de unas decenas en un pequeño enclave en Rivas-Vaciamadrid. Extinguida la población de Coslada, se encuentra en peligro crítico de extinción en la comunidad de Madrid, sin que Medio Ambiente, responsable de dicha situación junto con Cofares, se haya hecho eco de su existencia y haya tomado medida alguna para su protección.
        Serratula flavescens subsp. flavescens. Especie de cardo sin espinas y bellos capítulos amarillos, propia de arcillas con yesos. Escasísimo, de poblaciones muy reducidas y aisladas situadas en Ciudad Real, Toledo y Madrid. Las poblaciones madrileñas han sido en su mayoría arrasadas por el urbanismo, puesto que se distribuyen coincidiendo con el borde sur de la capital. Salvo una veintena de ejemplares que habitan el parque del sureste en Valdemoro y Rivas, el resto están en enclaves desprotegidos y amenazados. La del CTC junto con la del humedal de Coslada era una de las mayores de la Comunidadde Madrid.


- Especies en peligro de extinción en España que han perdido su mayor población:   Una.

        Malvella sherardiana: con dos poblaciones supervivientes, una en Ávila y otra en Córdoba. La población del CTC era la mayor de España. Dudosa supervivencia de los ejemplares transplantados.


- Especies en peligro de extinción mundial que han perdido su mayor población:   Una.

        Cynara tourneifortii. Dos poblaciones en la comunidad de Madrid. Una en el parque Bosquesur de Leganés, arrasada por Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid en una campaña de eliminación de pastos con la finalidad de controlar las poblaciones de liebres que están contagiando la lesmania a humanos. La otra población, en el CTC, eliminada  al roturar el enclave. Al borde de la extinción  total a nivel mundial a causa de ambos hechos, al eliminarse dos de las mayores poblaciones existente a nivel global. Nuestra única esperanza es que los ejemplares de Leganés, que estaban perfectamente señalizados, rebroten a partir de las raíces.

La alcachofa silvestre Cynara tournefortii a punto de florecer, al parecer por última vez

Por desgracia, ninguna de estas especies, a pesar de encontrarse al borde de la extinción en Madrid se encontraban protegidas. Eran tan escasas, que nuestras autoridades desconocían que existieran. Cuando se descubrieron, prefirieron ignorarlo. Cuando actuaron era ya demasiado tarde y su actuación contribuyó a su extinción. 
El Catálogo de especies protegidas de la Comunidad de Madrid es el más anticuado de España. No se actualiza desde 1992. No incorpora los múltiples descubrimientos y el mayor conocimiento del territorio y su biodiversidad que se viene produciendo por el trabajo de la comunidad científica debido a que supone un obstáculo a la hora de urbanizar, construir o alterar la naturaleza. La biodiversidad no se valora como un patrimonio único a proteger, sino que se concibe como una china en el zapato de constructores, empresarios y políticos. Donde otros vemos un patrimonio único que pueden perder para siempre las generaciones futuras ellos ven metros cuadrados, plusvalías y sobres llenos de dinero. La miopía que ha llevado a España a su peculiar tragedia".

Convulvulus humilils, Teucrium spinosum, Cynara tournefortii, Malvella sherardiana, Geropogon hybridus, Scolymus maculatus, Serratula o Klasea flavescens, Triticum boeoticum

* CTC : Centro de Transportes de Coslada

    Algunas especies como Serratula flavescens y Geropogon hybridus tienen ahora una de sus escasísimas localidades madrileñas en unas pocas hectáreas donde la CAM tiene a bien autorizar una competición nacional de motos enduro, un año logramos impedirlo in extremis, el año pasado llegamos tarde y el destrozo fue enorme y este año tendrá lugar, si las autoridades siguen mirando para otro lado el próximo 2 de Junio.
Este terreno está en la esquina noreste de Rivas Vaciamadrid con Vicálvaro y Coslada, pero a pesar de su buen estado, su buen valor científico y ecológico, está a años luz de todo lo destruido en el descampado del CTC de Coslada.

El Toledillo, una muestra del Valle de Alcudia

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            Hacía ya unos pocos años que no pasábamos unos días en el Toledillo. Unos años que se han hecho eternos y que olían a final de una época y una manera de vivir el campo.
            El Toledillo es un quinto, una finca, una de los varios cientos de dehesas que junto con las fincas de caza de las altas laderas y los olivares al pie de ellas conforman el valle de Alcudia. Tras un otoño e invierno lluviosos, si exceptuamos diciembre en que apenas llovió, el valle, como es conocido popularmente, no puede estar más verde, de hecho el pantano de Montoro ha tenido que abrir las compuertas para desaguar tras alcanzarse la cota máxima de su recrecida presa.

El pantano de Montoro en su nivel máximo

El valle de Alcudia no es exactamente un valle y si lo fuese sería el mayor valle de España, pues tiene 80 km de largo por unos 15 de ancho, quizás hace varios millones de años era un valle que vertía sus aguas por el oeste hacia un Guadiana más extremeño que manchego, pero desde entonces la erosión remontante del Guadalquivir poco a poco aserró una gran hoz o cañón en el río Jándula cortando Sierra Morena y sus estribaciones norteñas para acceder y desaguar toda la parte oriental del valle y otros del sur de la Mancha, creando un fuerte desnivel que fue profundizado todos los valles y vallejos al hacerlos drenar hacia la depresión bética. Esto creó una gran disimetría entre la parte occidental del valle, más plana y llena de enormes dehesas y pastizales de arroyos que inciden poco en la antigua penillanura y que drenan al Guadiana; y los fuertes desniveles que llenan de abruptos vallejos, hoces y riscales de toda la parte oriental del valle.

Dehesas de encina cubren casi todas las lomas del valle

Entre ambas sierras al norte y al sur  se extienden enormes dehesas y pastizales, con muy escasos cultivos de cereales y olivares en las laderas de la solana y cercanos a sus escasos pueblos (San Lorenzo de Calatrava, Mestanza, Hinojosas de Calatrava, Cabezarrubias del Puerto y el Alamillo). Recientemente el valle junto con Sierra Morena, ha sido nombrado Parque Natural.

El valle cerca del Puente de Alcudia, nombre de la zona divisoria de aguas Guadiana-Guadalquivir

Siempre que he estado en el Toledillo ha sido en grupo, compartiendo comidas a lumbre de leña y bebidas a lumbre de luna. Por mi mujer y ciertos rebotes familiares, siempre hemos estado unidos al Toledillo, al igual que otros amigos, familiares y co-propietarios de la finca, lo que ha llevado, y ya desde muy antiguo, a que alrededor de la casa nos hayamos movido una buena cantidad de gente de todo tipo y condición.


            Pero esto se interrumpió hace poco más de cuatro años, cuando se decidió el recrecimiento de la presa del Montoro, comenzaron las expropiaciones, la finca perdió más de una décima parte, la casa del pastor y, lo más importante de todo, su antigua casa que a pesar de quedar claramente fuera del alcance de las aguas, tras litigiar, fue expropiada. Entonces se acabaron las reuniones, las comilonas y el disfrute del campo, se fueron retirando los antiguos muebles reciclados y ya hubo quien se atrevió a pegar una patada a la puerta para ver si había alguna cosa de valor dentro. No sé si dieron por prácticamente arruinada la casa porque no la tiraron, pero en cualquier momento podrían venir con las máquinas a tirarla.


            Todo ha cambiado mucho, pero poco a poco han ido volviendo algunos muebles y como el alma de la casa, que es su enorme chimenea, sigue viva, hace poco decidimos reunirnos como en los viejos tiempos. El primer cambio ha sido la cercanía de una enorme lámina de agua de un Montoro en su máxima cota y desaguando. Este lluvioso invierno y con lo que ha jarreado estas dos semanas de marzo, han convertido el campo en una esponja pletórica de verde. No quiero ni pensar en la magnífica primavera que está a punto de reventar en cuanto salga el sol.


            La tradición colectiva del Toledillo viene de antiguo, de los tiempos de antes del pantano, de cuando en las ciudades aún no se había inventado el concepto de vacaciones. Aquí en el pueblo nada más acabar las fiestas de San Bernardo, nuestros ancestros, también amigos o familiares de los dueños, bajaban con caballerías o alquilaban los servicios de un camión, y cargados de niños, sacos de patatas, víveres, animales vivos y alguna caña o trasmallo, pasaban una buena temporada de descanso del bueno.

Preparando un cocido de puchero

            Antiguamente abajo no había pantano, discurría el zigzagueante Tablillas para reunirse algo más adelante con el Montoro. Hoy todo el paisaje que se divisa es de cientos de lomas cubiertos de encinares o pastos y algunas casas de fincas en lo alto de los cerros. Años atrás a este paisaje había que sumarle el sinuoso curso de los ríos y las huertas en los terrenos propicios, amén de algunos molinos en uso con sus azudes, puentes y huertas. Incluso en una vaguada frente a la casa del Toledillo había una famosa fuente agria a la que acudía la gente a recoger su burbujeante y curativa agua anaranjada.

Bajo estas aguas se encontraba la fuente agria, yo la conocí en 1995 al final de una fuerte sequía

            Todo esto cuando me lo contaban me sonaba como algo antediluviano, pero hace años cayó en mis manos un libro tan espectacular como descatalogado, se llamaba "Viaje al Valle de Alcudia" de Alfaguara, creo que es el primer libro de rutas y mochila editado en España. Es de un viaje que en 1964 realizaron dos intrépidos periodistas cruzando a lo largo de poco más de un mes el valle de Alcudia de un extremo al otro. El camino lo hacían en etapas cortas durmiendo en las casas de las fincas, chozas de pastores, molinos, minas, alguna pensión e incluso una noche en un calabozo. En el libro se habla de la vida en un valle que hoy suena a otro planeta, de las numerosas minas de plomo, con el gran pueblo minero de Minas Diógenes, con iglesia, tiendas, poblado y cuartelillo de la guardia civil; con mucha gente, pastores y carboneros viviendo en míseros chozos, con los molinos y sus moradores, sus ovejas y caballerías e incluso sus lobos y ceperos.

El río Montoro forma la hoz de Valdoro ( fondo derecha) al pasar de Sierra Morena al Valle de Alcudia

            De todo aquello que hablaba el libro, solamente quedan las ovejas y muy mermadas, pues se las sacaba dinero por la carne, los quesos y la lana, cuando hoy en día solo están por la carne, una carne excelente que tiene el mismo precio que hace quince años. De lo demás, lo que fueron los molinos y huertas están bajo el agua como la fuente agria. Ya no se cultivan cereales o legumbres y los olivos, solo presentes en las faldas de las dos sierras que cierran el valle por el norte y el sur,  continúan con muchas fincas abandonadas por los difíciles accesos y su escasa rentabilidad, lo que puede hacer que en cuanto mermen las subvenciones, los que están en la sierra de Valdoro, la del lado de Sierra Morena que cierra el valle por el sur, sean abandonados por no compensar los gastos de gasoil dada su lejanía del pueblo.


            El campo está que se sale, a punto de explotar y muy cercano de su zénit anual, pues se trata de pastizales de oveja, es decir majadales que tienen una fenología que alcanza su punto álgido ahora mismo, a comienzos de primavera, pues todo el valle tiene unos suelos muy pobres y con la roca paleozoica, quizás la más vieja de España, casi a ras de suelo y en cuanto comienzan los primeros duros calores primaverales se agostan y las ovejas y sus moradores tienen que emigrar a otros pagos.

Las ovejas son el alma y motor del valle que fue el invernadero de la Mesta, incluso aún existe, cercano a la moderna línea del AVE, el apeadero  de Alcudia-Veredas para el transporte de ovejas en tren

Aunque estemos en la región manchega, estamos en la provincia botánica Luso-Extremadurense, el pastizal está dominado por dos pequeñas y discretas especies, una gramínea, la Poa bulbosa y otra leguminosa aún más discreta, el trébol Trifolium subterraneum, ambos ahora en su mejor momento. Este es el óptimo de la dehesa, cuando comiencen los calores habrá otra explosión floral más vistosa con las compuestas (cardos y margaritas varias), pero menos suculento y diverso. Incluso éste es el momento, y este es el primer año que he aprendido a buscarlas, de las criadillas, las trufas blancas Terfezia arenaria. Es un comestible hongo subterráneo (hipogeo), que apenas si llega a remover o asomar un poco en la superficie del terreno. Viven en simbiosis sobre la Tuberaria guttata, la llamada "madre de las criadillas".

Apenas asoman las criadillas, rodeadas de las anchas hojas casi violáceas de las Tuberarias

Casi todas estas dehesas, en un altísimo porcentaje, se encuentran muy envejecidas y por debajo de su número ideal de encinas, esto se produce porque no hay renuevos, no se protegen del ganado a los pimpollos de encina y las que quedan se van avejentando o van siendo heridas por los rayos en una decadencia que, salvo en algunas fincas donde se han plantado y protegido con mallazo, está acabando poco a poco con las encinas del valle.

A pesar de la crudeza del calvero sobre roca, florece el lirio patita de burro Ginandriris sisyrinchium que apenas penetra en la meseta sur

En fin, unos días gloriosos, como una vuelta a un pasado no muy lejano que hemos podido celebrar aunque no sé por cuanto tiempo. Las comidas, siempre las tradicionales de aquí, cordero, cocido de puchero, arroz con gallo, asadillo, etc. Ha sido como una fiesta de la primavera, que este año tiene pinta de convertirse en una larga y continuada fiesta bien regada por los cielos.


El Geranio de los Volcanes

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            Es un pretexto para mostraros unas monotemáticas fotos de varios años, pero el protagonista de esta entrada es una humilde planta de la familia de los geranios, se trata del Erodium primulaceum. Pertenece a un género muy parecido a los geranios anuales, para distinguirlos: Geranium, hojas palmatinervias y  10 estambres, frente a Erodium, de hojas pinnatinervias y 5 estambres con 5 falsos estambres, para despistar.

  


            Le llamo geranio de los volcanes porque las fotos que estáis viendo no dejan lugar a ninguna duda sobre su amor por este poco común sustrato. Es una planta del centro y sur de la península y del noroeste de Marruecos que se da en casi todas las litologías, siendo no muy común en los suelos silíceos, común en los suelos calizos y muy abundante en los volcánicos, al menos que yo sepa, en los volcanes del Campo de Calatrava.
  


            Se da en zonas alteradas, como lo es toda esta región volcánica en donde es casi imposible encontrar un bosque climácico sobre sustrato volcánico, es más, al tratarse de unos terrenos muy fértiles suelen estar mucho más cultivados y pastoreados que tierras de otras litologías que en mosaico de cuarcitas, calizas terciarias y roca volcánica, conforman esta comarca.




            La fenología de esta floración es muy concreta y no suele llegar al mes de duración entre finales de febrero y primeros de abril, fluctuando bastante en función de las temperaturas, ocupando el espacio entre las últimas heladas del invierno y los primeros calores de la primavera, solapándose con la del almendro.
  
Hace años, escaneado de una diapositiva, una floración en su momento coincidiendo con la del almendro


            El régimen de precipitaciones no influye demasiado en la floración, casi hasta diría que le permite florecer sin la competencia de otras plantas, como queda reflejado en fotos del seco invierno del año pasado en que apenas se ve algo verde u otra planta que no sea este geranio.

En 2012 a pesar de la terrible sequía invernal el geranio de los volcanes floreció de esta manera

            Todos los años intento acercarme a esta zona a mediados de marzo para intentar cazar el mejor momento de su explosiva floración pero se me resiste, varias veces he llegado demasiado pronto o demasiado tarde. La zona donde hago las fotografías es donde mayores manchas de flores he visto aunque en otros volcanes calatravos también aparecen, es por esta área entre el Guadiana y el Jabalón donde más se desarrollan estos campos rosados.

Un Guadiana desbordado a la altura del puente de Alarcos detrás del borde exterior florido de una ladera volcánica 

            Las laderas entre uno de los mayores volcanes de Calatrava, el Cabeza Segura y el Cabeza Parda, volcán que preside el lamentable aeropuerto de Ciudad Real, por zonas, se muestran espectacularmente teñidas de rosa en estas fechas. Si coincidimos con la mejor época y con una buena luz, el disfrute, se sea fotógrafo o no, está garantizado.


             La vegetación de estos montes está casi totalmente modificada, a una intensa labor deforestadora en el pasado, se le une un régimen ganadero de pastoreo intensivo; si antes era masivo el pastoreo con ovejas, hoy hay que sumarle el más dañino pastoreo vacuno. Apenas quedan unas escasas encinas en lugares escarpados, un par de lentiscos en los cortados y, eso sí, el que parece ser el árbol mejor adaptado a esta crudeza, el almendro. Otro tanto habría que decir de un cercano volcán cuyas rocosas y escarpadas laderas poseen un gran higueral, de viejas higueras agarradas a las peñas.

Grandes bloques de lava al pie del Cabeza Segura

            Pero no es solo la ganadería y la agricultura quienes ponen cerco al desarrollo de una vegetación más acorde con los suelos y el clima. Aquí se encuentra la finca de la Torrecilla, famosa por su abundante caza menor que he llegado a ver en un documental sobre “descastes autorizados” en Jara y Sedal. La superabundancia de conejos es manifiesta, hasta tal punto que el año pasado, con la escasez de comida, se atrevían con todo, especies teóricamente venenosas, esparragueras e incluso, a morder el tronco de los almendros.

Uno de los abundante conejos disimula entre las flores

            Como decía en otra entrada, otra planta también volcánica y que aparece aquí con cierta abundancia es el lirio de invierno, el Iris planifolia. Estas dos especies quizás sean lo más llamativo de una hipotética “vegetación volcánica” del centro peninsular que según botánicos de Biológicas de la Complutense, no existe como tal.


            Puede que estos botánicos “alóctonos” tengan razón, en el sentido de hablar de series de vegetación pero no me cabe la menor duda que sí que existe, al menos una Alianza, Orden o Asociación vegetal que particulariza y da entidad a una vegetación de este tipo. Algunos endemismos y plantas poco comunes, así como las diferentes abundancias y dominancias, o el diferente predominio de biotipos, así lo atestiguaría.


            Este año la vegetación se ha estirado temporalmente hasta mediados de abril, los cielos casi permanentemente cubiertos de casi todo febrero, marzo y abril, junto con unas temperaturas muy contenidas, así lo han propiciado. Por contra, el exceso de lluvia, que ha llevado a un máximo histórico de precipitaciones en marzo (efeméride), ha provocado que la ausencia de días de sol y la salpicadura de las gotas de lluvia hayan deslucido mucho la floración, así como también la pujanza y lozanía de muchas de las plantas con las que convive y compite este geranio.


            El Erodium primulaceum no es el único por aquí, también pero menos abundante y nunca de floración explosiva, aparecen en bordes de cultivos Erodium malacoides; E. botrys, E. cicutarium y Geranium ciconium (el de mayores alfileres); también en las áreas de acumulación de basuras o abono, el Geranium molle; en otros lugares más umbrosos o húmedos aparecen el Geranium lucidum, G. rotundifolium y G. disectum. En otro volcán más arbolado (La Camacha) como cita poco corriente para el centro peninsular encontré el bello Geranium malviflorum y en suelos ácidos el Geranium sylvaticum, G. robertianum y otros menos espectaculares.


            A los geranios normalmente se les llama alfileres, alfilerillos y otros sucedáneos en alusión a sus frutos en forma de agujas. También se los llama relojes porque era corriente el juego de atravesar una prenda con un alfilerillo y esperar a ver como iba girando sobre sí mismo como si fuera la aguja de un reloj con cuerda.



Las Riadas del 2013

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Al borde del famoso puente de Alarcos el Guadiana y su llanura de inundación ofrecen este espectáculo

            El agua corre a raudales, corre como hace mucho tiempo. No hay un invierno y comienzo de primavera tan lluvioso desde hace más de cincuenta años.

Todas las vaguadas han recogido aguas desde sus cotas más altas, esto es casi un collado

            Hace un par de años tuvo el privilegio de asistir al último gran episodio de lluvias, duró cinco meses en que cayeron poco más de 500 litros, (la media anual en la meseta sur está en torno a los 400). Estaba convencido de que tenía muchas probabilidades de que no lo volviese a ver, aquellas imágenes de los ríos, arroyos y lagunas en todo su esplendor y poderío, las vivía con la intensidad de lo que no se ha de volver a vivir.

Durante marzo esto ha sido la más parecido a un cielo despejado

            Aquel fue un invierno de órdago, comenzó con un golpe tremendo de lluvias del que no hizo falta esperar para ver cargarse los ríos, ese mismo día el agua se llevaba media E.D.A.R. por debajo de la presa de la Vega del Jabalón. A partir de ahí fue un invierno de salir a ver como iban los ríos, si un día casi tapaba los puentes a los diez días los saltaba.

Desembalse en la Vega del Jabalón, las aguas rojas atestiguan la violencia de las lluvias

            De esos dos años 2010 y 2011, las primaveras fueron espléndidas, pero a partir de mayo de 2011 se cerró el grifo, los 14 meses siguientes, solamente cayeron 249 litros, lo que unido a unas temperaturas muy por encima de lo normal, (quizás haya que considerarlo normal a partir de ahora), llevaron a que los pantanos que se encontraban en una situación espléndida, pasaran a niveles, si no de peligro, al menos de bastante precaución.

Llanura de inundación haciendo honor a su nombre

            Esa fuerte bajada de niveles de unos pantanos llenos, debe llamarnos mucho la atención, pues hace bastantes años que no tenemos una sequía. Hemos tenido algún año seco, como el terrible 2005 con solo 168 litros, pero no hemos tenido ninguna verdadera sequía desde mediados de los 90’, es más desde el año 2001 han sido muchos más los años por encima de la lluvia media y más frecuentes los episodios de meses que se salen de madre con sus lluvias.

El antiguo puente de Corral superado ampliamente por el Guadiana a pesar de su gran longitud

            Este año empezó muy bien, aunque el año hidrológico comienza en octubre, ya septiembre, como conté en otra entrada, casi "se lleva las puentes" con 87 litros, noviembre fue excepcional y marzo ha sido efeméride (record climático) con 152 litros.
            Marzo ha sido un mes fuera de lo normal, no ha sido el frío y ventoso sino el lluvioso que va a sacar a abril, florido y hermoso. Han llovido 22 días, con un potente, y también peligroso, grupo de doce días desde el 25 hasta el 5 de abril que ha hecho que casi todos los grandes ríos peninsulares se desbordasen o estuvieran a punto de hacerlo.

El Guadina grandioso al pie de la fortaleza de Alarcos

            Aunque haya deslucido la Semana Santa o haya frustrado muchas salidas al campo, todo el agua caída queda ahí para su posterior disfrute, la primavera que se avecina ya da unas bocanadas desbordantes, los acuíferos se están recuperando de unos alarmantes niveles que no hemos sabido, ni querido, mantener en niveles saludables. Cada día aparecen o crecen los nuevos "ojos del Guadiana". (A parte de...)

Deslizamiento en una ladera montando sobre los sembrados y transportando los juncales sin romperlos

            Las llanuras de inundación están mostrando sus escrituras a   propietarios y gestores. Las vegas del Guadiana, Jabalón, Azuer, Cigüela, Riansares, Córcoles, Záncara y otros muchos ríos “zombies” manchegos, están inundando viñas, cereal e incluso, desgraciadamente, viviendas. 

Un clásico ya en varios desbordamientos del Guadiana al poco de recibir al Jabalón

      El Dominio Público Hidráulico, en perpétuo estado de “demarcación en curso”, ha quedado marcado con toda claridad, solo con clavar unas estaquillas en los límites alcanzados por las aguas, o más fácil aún, una cartografía aérea de esos días, ahorraría millones a quien sea el encargado de realizar ese trabajo.

Un Guadiana llenos de meandros, atajos y lagunazos tras recibir al Jabalón

            El agua ha removido hasta los cimientos de la tierra, en las cercanías de los Ojos del Guadiana y antiguas lagunas, la tierra se está abriendo, para espanto de agricultores y disfrute de geólogos, dejando unos boquetes que muestran el agua a unos cuatro metros dentro de la boca del socavón. En otros sitios el terreno está cediendo, bien en cuestas de terrenos arcillosos que sin una decente cobertura vegetal, fluyen ladera abajo al cargarse de agua, o bien en taludes de carreteras, como lo profético del deslizamiento en el acceso de la autovía al agónico Aeropuerto de Ciudad Real que ha impedido su acceso por este punto.

El acceso al aeropuerto de Ciudad Real desde la autovía, impedido por un deslizamiento del talud

            Pero estamos en un juego de intereses que no deja sitio a supuestos terrenos baldíos, sin importancia económica, asunto que habría que estudiar en su compleja realidad. Frente a estos terrenos, cada cierto tiempo arruinados por el agua o por la sequía, hay que ver los otros que aún permanecen relativamente salvajes, como el Guadiana por tramos hasta Puebla de Don Rodrigo, o algunas de sus llanuras de inundación, aunque ahora se han asalvajado casi todas las vegas, mostrando una exhuberancia que nadie hubiese imaginado. Un Parque Nacional del Guadiana, daría a todos estos nuevos meandros y lagunazos carta de naturaleza permanente.


Un enorme nuevo brazo del Guadiana recorre zigzaguente una vega regada por pivots

           Cuando llegan las riadas parece como si las aves también cayeran del cielo, no sé de donde pueden haber salido tantas gaviotas, garcillas, garcetas, patos, cigueñas, etc. Esto lo he visto siempre tras unos buenos golpes de lluvias


            Las aguas cumplen con sus ciclos, los ríos han estado a punto de superar unos límites catastróficos, y si no estuviesen regulados, el desastre hubiera sido irremediable, pero tengo que volver a advertir el peligro de la sequía. No hemos tenido ninguna sequía “normal” desde los años noventa.


Hasta los narcisos de bordes de arroyos (Narcissus jonquilla) se han visto afectados por las aguas altas

       Desde esos años del pelotazo urbanístico, de las infraestructuras absurdas y del consumo de agua galopante (principalmente por el cambio de edificación en unifamiliares), etcétera, puede haber aumentado su consumo al menos un 50%, si a esto le unimos entre un 10 y un 20% más por el incuestionable aumento de las temperaturas medias, tenemos un cóctel que no sé si vamos a ser capaces de afrontar cuando se presente.


Un abril florido y hermoso - De narcisos y orquídeas

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           Tras la tempestad llegó la calma, una calma calurosa y desecante, aunque todo el mundo ansiaba que llegase el buen tiempo, a los pocos días ya oí a unas mujeres diciendo que tenían que "dormir encima de la colcha, y lo de dormir, un decir", una muestra callejera del fuerte contraste con el calor que hemos tenido.
  


            El campo ha estallado, un poco como un cohete, esplendoroso pero breve. Veo que me estoy volviendo un poco campesino y que el tiempo, con motivo o sin él, nunca acaba de ser de mi agrado. Tras la resaca de marzo, que le duró una semana a abril, vinieron unos días tranquilos y sin agua, y luego una semana de temperaturas disparadas que han estado un par de días rozando los 30ºC, parece que ya van bajando pero el tiempo sigue muy seco. 



            En mis últimas salidas al campo ya he visto las primeras calvas resecas en las solanas y amarillear algunos pastizales. Por no despabilar se me han ido unas espectaculares floraciones de cunetas y descampados que estaban de escándalo, me da reparo pararme en los arcenes de las grandes carreteras y por dejarlo para otro día, se me han escapado y a saber que año vuelven a coincidir unas lluvias  como las de esta primavera.
  


            A pesar del ansia por querer verlo todo, he podido llegar a disfrutar de algunos campos y momentos estupendos, ya sea descubriendo plantas especiales o contemplando la explosión floral de cunetas y cultivos. La inauguración estelar de la primavera, suele venir, para mí, de la mano de narcisos y orquídeas. En lo más álgido de las riadas hice virguerías, tales como pedalear casi cien metros en una carretera inundada por el Guadiana con el agua por encima del pedalier, por llegar a ver una buena localización de narcisos trompeteros (Narcissus hispanicus), que para mi desgracia ya se habían pasado hacía una semana.
  
Una foto de Narcissus fernandesii echada a perder por las gotas en el objetivo

            Volví a la busca de otros narcisos, primero unos, poco comunes, de unas laderas rezumantes (Narcissus fernandesii o N. assoanus), nunca los había visto tan abundantes, pero unas gotas de lluvia en la tapa del objetivo de la cámara echaron por tierra lo que pensaba era un buen reportaje. 



            Otro día busqué los que crecen en los bordes de algunos ríos y arroyos (Narcissus jonquilla), afortunadamente di con un par de arroyos que los tenían en una abundancia desacostumbrada, aunque por contra, en otros ríos que los he visto en cantidad otros años, se ha notado la crudeza de las riadas y apenas se veían algunos ejemplares floridos entre la broza arrastrada por las aguas tempestuosas.
  
En la valla queda el nivel alcanzado por la riada hace pocos días en una buena localidad de junquillos

            En cuanto a las orquídeas la temporada está siendo espléndida, aunque desigual, se nota las especies que se han quedado un poco tocadas por la meteorología reciente y aquellas a las que le ha venido bien.
  
La abejera Ophrys tenthredinifera

            Las abejeras (género Ophrys), han florecido de manera copiosa y temprana; como las Ophrys tenthredinifera, aunque el espejo de Venus, Ophrys speculum, lo ha hecho como otros años pero menos visible por la competencia con otras plantas muy crecidas. La abejera oscura, Ophrys sphegodes, aparece en igual cantidad que otros años pero con ejemplares de un porte muy considerable.
  
El espejo de Venus (Ophrys speculum). Con un saludo blog de Javier Atrio

            Las orquídeas del género Orchis, han florecido muy bien, ha sido muy abundante la O. papilionacea; abundante, aunque no tanto, la Orchis conica (antes llamada O. lactea u O. tridentata), el año pasado apenas levantaban del suelo y este año están, a pesar de ser una orquídea bajita, bastante altas, con una gama de pétalos que van del blanco rosado a los tonos violáceos oscuros.

Orchis conica

            Orchis morio (también llamada O. champagneuxii) también a florecido en abundancia y la muy escasa por estos pagos, Orchis italica,  ha estado normal pero con un buen tamaño de plantas.


Una abundante masa de Orchis morio, (al fondo asoma un capullo de tulipán)

           Esta orquídea solamente tiene una buena localidad en todo Ciudad Real y, que yo sepa, otra localidad con solo un par de ejemplares a mucha distancia de la anterior.
  


            Orchis italica tiene una plasticidad increíble, es lo que yo llamaría una flor "personada" pues realmente parece enteramente un hombre, con sus brazos, su cabeza con casco, ojos y sonrisa-mofletes, y unas piernas entre las que cuelga un fino miembro. De hecho hay lugares en la que se la llama flor de los muchachillos  o de los muñecos. Esta orquídea no está sola en su forma humana, otras orquídeas como Orchis simia, O. militaris y   Aceras anthropophorum, también son antropo-formes, aunque no aparecen por esta región, excepto la última especie, aunque muy escasa.
  


            Ha habido otras especies que no les ha ido tan bien, a la abejera amarilla Ophrys lutea, tanta competencia con hierbas altas le ha sentado mal, aparecen pocos ejemplares o no los encuentro entre la maleza. Pero no le ha ido tan mal como a la orquídea hedionda o barbada, el Himantoglossum hircinum; parece haber acusado mal las últimas bajas temperaturas o la virulencia de las precipitaciones, sus grandes hojas aparecen con heridas y malformaciones, en el peor de los casos he encontrado plantas mordidas por los jabalíes, con los trozos desperdigados cerca como de no haberles gustado.
  
Masa de orquídeas mariposa Orchis papilionacea

            La primavera está en plena marcha, llevamos una temporada sin lluvias y parece que el frío está a punto de volver, aunque sin agua. Abril no por ser el del famoso refrán es el mes de las lluvias, hay un escueto refrán campesino que reza, “abril vil” que le viene de tener encima la responsabilidad del resultado de todo un año agrícola y, normalmente, se depositan demasiadas esperanzas en ese mes. Parece ser, además que el abril de lluvias mil, es un refrán más mediterráneo que de la vertiente atlántica.
  


            Los días son largos, las noches son muy buenas de dormir, ya llegará el verano, estamos en lo mejor de la primavera.
              Salud y campo


EL Pítano, más cerca de su extinción en Madrid

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        Hace unos cuantos años hice una fantástica ruta (arqueológica) con unos amigos (botánicos). Partíamos de la Casa de la Monta en Aranjuez hasta el castillo de Oreja, íbamos con expertos arqueólogos que nos mostraron y explicaron todo lo relacionado con el castillo de Oreja, imponente pero como de costumbre en España, en un estado de conservación totalmente deplorable.
  


            Nada más ver la histórica Casa de la Monta en la finca de  Sotomayor, a mediados de abril, me fijé en las laderas yesosas que daban a la llanura aluvial del Tajo; estaban llenas de unos arbustos tan llenos de flores amarillas que no se veía nada más de ellos. Le comenté a Andrés Revilla que era la primera vez que veía esos escobones de retama negra (Cytisus scoparius) en toda la zona del sureste de Madrid; se sonrió y me dijo que no eran escobas sino pítanos, Vella pseudocytisus y que se trataba de la localidad clásica y más importante de todo el centro peninsular. Desde entonces en que lo vi en plena floración, me ha parecido la planta más llamativa de todas las que viven sobre los yesos y también podría ser la más representativa de ellos, de no ser por su extrema escasez.
  


            El pítano es una planta muy especial y lo que la hace especial no es precisamente su estatus de planta en peligro de extinción, sino sus características y peculiaridades. Pertenece a la familia de la Crucíferas o Brasicaceas, plantas casi siempre herbáceas con unas características flores de cuatro pétalos en forma de cruz. Es la familia de los jaramagos, coles, etc. Esta planta es la mayor especie española de las escasísimas plantas leñosas de esa familia. Las crucíferas leñosas ibéricas pertenecen a tres géneros: Vella, Euzomodendron y Boleum. Del género Vella hay tres especies, una exclusiva de las cercanías de Alicante (Vella lucentina), otra el piorno de crucetillas (Vella spinosa) que hace honor a su nombre específico y  es propia de las sierras subbéticas y finalmente Vella pseudocitysus, el pítano.
  

            Euzomodendrón bourgeanum y Boleum asperum, únicas especies de sus géneros, no llegan al medio metro, la primera está especialmente adaptada a la zona subdesértica de Almería (desierto deTabernes) y el asperillo Boleum asperum a lo más árido de la baja cuenca del Ebro. Vella pseudocitysus tiene dos subespecies peninsulares y una norteafricana. Está la subrespecie psedocitysus de la zona margo-yesífera del límite toledano-madrileño, con una población mínima al norte de Almería y luego la subespecie pauide menor tamaño y menos híspida, del Bajo Aragón, también bajo mínimos. 


            El estado actual de esta especie  es lamentable, su potencialidad se extendería a todas las áreas margo-yesíferas españolas de interior de carácter semi-árido, es decir, casi todo: la baja cuenca del Tajo, la del Ebro y las “hoyas” de Andalucía oriental. El declive del pítano se ha debido a la mecanización agraria de los campos, a las repoblaciones forestales con pino carrasco, a la expansión de las urbanizaciones (legales e ilegales) y a las grandes infraestructuras de transporte.  De tal manera que el área actual manchego de la especie (el sur de Madrid también es la Mancha) se limita a unos 20km2 y con escasa regeneración. A pesar de que para germinar necesite primaveras relativamente húmedas y de un gradual paso térmico al verano, lo que por desgracia ocurre muy pocas veces en nuestro país, es una planta relativamente fácil de repoblar. A las escasas repoblaciones institucionales, se le unen bastantes introducciones (ilegales) de personas y grupos concienciados del valor y belleza de esta planta que crece en unas condiciones excepcionalmente duras como son los yesos.


             Los yesos suponen uno de los medios físicos más inhóspitos para las plantas, por muchas razones (salinidad, sulfatos, muy escasa retención de agua o se retiene tanto que es inaccesible a las raíces, escasísima materia orgánica, etc.). Por esto es muy difícil que una vez perdidas las condiciones forestales que neutralizan esta fuerte influencia del sustrato, puedan volver a recuperarse éstas. En el mejor de los casos se puede apreciar en el aljézar, una mezcla de encinas con espartos y toda la gama de arbustos y matas intermedias; pero lo más normal es que aparezca un espartal o tomillar gipsícola con muy escasa cobertura y un medio ecológico característico de los yesos como es la “costra”, un espeso tapiz liquénico que recubre el escasísimo suelo.
  

            En estos parajes y paisajes desolados es donde medra el pítano que con su tamaño de hasta metro y medio, destaca sobre el clásico jabunal de los yesos. Solamente viendo sus hojas coriáceo-crasuláceas, semejantes a pequeñas palas de chumbera cubiertas con pelos dispersos, se hace uno a la idea de la enorme especialización botánica a un medio ecológico tan adverso. La dispersión de las semillas se hace por dispersión balística al estallar la parte inferior del fruto.
  


            Como ocurre cuando existen pocas poblaciones para estudiar la ecología de una planta, las características y formas de esa localidad se le aplican a la especie como si fuese su óptimo ecológico y se puede leer en la bibliografía que habita la parte baja de laderas de umbría y que rehuye la convivencia con otras plantas especialistas de los yesos. Tras observar varias poblaciones, he podido ver que va bien, incluso tiene mayores índices de propagación, en solanas compartiendo o solapándose con clásicas especies gipsícolas con una especial afinidad por la jabuna, Gypsophylla struthium.
  


            La situación del pítano es muy delicada, si en Castilla la Mancha está catalogada como en “Peligro Crítico de Extinción” en la Comunidad de Madrid, famosa por su riqueza y por el desprecio e ignorancia de sus grandes valores naturales, se la considera una especie “de interés especial” de la que ya solo queda la mencionada localidad. Como ocurre con la práctica totalidad de las muy especializadas plantas gipsícolas, el pítano tiene un insecto exclusivo que vive en él, Clepsis laetitiae.
  
Entre ellos encontré la que pensé era (por los pelos largos), la rarísima Clypeola eryocarpa pero es C. jonthlaspi


            Pero no contentos con que haya desaparecido del 99% de su antiguo areal, ahora ha surgido un estupendo proyecto que como viene siendo habitual, pretende hacer privada una finca pública, y no otra, sino la Dehesa de Sotomayor, la localidad clásica de esta especie, la única población madrileña y quizás la mayor y más densa de toda la península. El macro-proyecto que se cierne sobre la Dehesa de Sotomayor, es un sobre-dimensionado Centro Hípico con un gran centro turístico de cabañas de alto nivel y multitud de servicios accesorios, como embarcaderos, piscinas, campo de golf, centro social, etc.,  Eurovegas en versión equina. 

Ladera con abundante regeneración, cosa poco común con los pítanos silvestres.

            Las organizaciones ecologistas madrileñas ya se han puesto a la labor para que se reconozca el gran valor de esta finca que es de todos y plantean la escasa utilidad social de un proyecto elitista y especulativo que irremisiblemente, máxime conociendo a las autoridades madrileñas, acabaría con una gran parte de la finca y con la última población madrileña y un alto porcentaje de la población mundial de este extraordinario endemismo.  Es una pena que el fruto de miles de años de evolución para conseguir el arbusto más bello y adaptado de nuestros aljezares, se esté yendo al traste por no cuidar nuestro patrimonio natural.

La parte más africana de la península

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            Un viaje africano, paisajística y climáticamente hablando, no en vano desde aquí hay algo menos de 200km. del Oranesado argelino. Tras las últimas lluvias que han afectado casi todo el sureste en la última decena, pensaba que podría ver aún algo de primavera. Pero no ha sido así, unos cuantos días con temperaturas por encima de 30ºC que siguieron a la Semana Santa, pusieron el punto y final al sureste verde, cuando aquí, en el centro peninsular estamos a comienzos de una primavera que este año viene con retraso.
  


            Hace bastantes años me gustaba mucho ir por el cabo de Gata, un amigo en las afueras de San José y la belleza de playas y montes hicieron el resto, pero poco a poco he visto como se especulaba y se saturaba, vendiendo una imagen que empezaba a oler a postal antigua. Mi poco espíritu de botellón playero de paseo marítimo a la sombra de cementos especulables, han hecho que las escasas veces que he viajado por nuestro Mediterráneo, haya ido buscando el polo opuesto a Benidorm. Cuesta, pero quedan aún rincones mal repartidos por toda la costa. Uno de esos rincones es la costa murciana desde el cabo de Palos a Almería. Gracias a la cercanía al mar de varias sierras, se han salvado varios tramos costeros que de otra manera figurarían en las ofertas de los turoperadores europeos.



            Todo me recuerda mucho a cabo de Gata, pero es lógico porque estoy en la misma región biogeográfica, la provincia Murciano-Almeriense, la única región europea de clima árido y temperaturas africanas. A pesar de ser primeros de mayo, todo aparece ya pasado, aunque queden algunos arbustos por florecer, como muchas plantas termófilas, pero ya el paisaje ha cogido sus tonos amarillentos de verano. Geófitos y terófitos ya han cumplido su ciclo vital y no volverán a aparecer hasta el año que viene.



            Esta es una de las regiones europeas con mayor número de endemismos y muchas especies compartidas con el norte de África y áreas de próximo y medio oriente. En mi primer paseo cerca de los acantilados doy con uno de ellos, la planta europea que más se parece a un cactus, la suculenta Caralluma europea, que a veces se puede ver en macetas por su vistosa flor de piel de leopardo, ahora no tiene flor y por mucho que busqué luego, no volví a encontrar otro ejemplar, como me ocurrió también hace años en el cabo de Gata
  
Los tallos de la Caralluma europea apenas se diferencia de las piedras de alrededor


            Los paisajes costeros por los que me muevo pertenecen a un piso bioclimático que me es completamente ajeno, estoy en el piso bioclimático termomediterráneo inferior, de tal manera que en las zonas de solana y las más bajas estoy metido en el piso inframediterráneo, que se caracterizaría por la práctica ausencia de heladas. Casi todo el centro peninsular estaría en el mesomediterráneo, por esto a veces se le llama el piso de meseta. A partir de aquí solo en las montañas y en alguna alta meseta aparece el piso supramediterráneo, luego ya escasamente representado aparecería el piso oromediterráneo que culminaría puntualmente en el crioromediterráneo. Esta secuencia completa en España solo podría verse en Almería, aunque el crioromediterráneo aparece de manera muy puntual en la Sierra Nevada almeriense.



            Geológicamente estamos en la Unidad Interna del macizo Bético-Rifeño (otra conexión africana más), formado al igual que las cumbres de Sierra Nevada por rocas metamórficas de carácter ácido, esquistos en su mayoría con algunas pizarras, filitas y cuarcitas. Esta formación típica de las serretas costeras se complementa, con calizas hacia el interior y cuencas interiores margo-yesosas, lo que crea un mosaico vegetal tan variado como su litología. Pero esta riqueza geológica, a la que se une alguna muestra volcánica, también ha sido parte de su ancestral atractivo y perdición. La riqueza metalífera de todo el sureste dio lugar a ricas culturas neolíticas y posteriores conflictos por las conquistas de las antiguas potencias militares, como cartagineses primero y romanos después que colapsaron el delicado equilibrio ecológico en una región en que la dureza climática dificulta la regeneración forestal.


La zamarrilla Teucrium lanigerum es una de las joyitas autóctonas de los tomillares del sureste

                        La antigua vegetación tuvo que ser un mosaico forestal variadísimo del cual sobreviven escasos encinares, coscojares y pinares, sin olvidar la gran superficie que debió ocupar el araar o sabina de Cartagena (Tetraclinis articulata), pero la actual vegetación dominante es, en el mejor de los casos, una arbusteda compuesta por cornicales (Periploca laevigata), albaidas (Anthyllis cytisoides), esparragueras (Asparagusalbus, A. horridus), aulagas o rascamoños (Launea arborescens), artos (Ziziphus lotus) y cambrones (Lycium intricatum), todo acompañado por ralos tomillares (Thymus hiemalis, Teucrium sp., Sideritis sp., etc.) y los omnipresentes espartales de (Stipa tenacissima) y albardín (Lygeum spartum).
  
Matorral variado de artos, artemisas, cambrones, escobas negras y espliego dentado

            En un paseo por el espartal, me llamaron la atención las perdices a las que veía diferentes, también vi cabañas en miniatura que tras encontrar una micro-cabaña para la jaula de una perdiz, comprendí que se trataba de puestos de caza con reclamo. Luego caí en la cuenta que las perdices "raras" bien podían ser perdices moras (Alectoris rufa) de cabeza más clara que nuestra patirroja.


Escondite para el reclamo de perdiz

            Esta vegetación al acercarse al mar se “saliniza” por los vientos marinos y se enriquece en acelguillas (Limonium sp.) e incluso por sosas (Hamada articulata Sarcocornia perennis). Los tomillares que crecen en los suelos más duros son muy ricos en especies, el dominante parece ser Thymus hiemalis, y con el aparecen varias especies de zamarrillas como el encarnado Teucrium lanigerum. Entre el tomillar abunda la alta acelguilla Limonium caesius, también de flores encarnadas, que llama la atención en los bordes de rocas hacia el agua marina, donde coincide con  Hamada articulata y casi se confunden sus hojas, siempre más delgadas las del Limonium, en una cierta convergencia evolutiva.
  
Hamada articulata en primer término y Limonium caesium de hojas relativamente parecidas

            Un día hicimos una inolvidable excursión a través de un tramo de costa rocosa salvaje, que en nuestro Mare Nostrum significa sin humanizar en demasía, pues aún son visibles restos de majadas, áreas mineras o ruinosos cuarteles anti-contrabandistas de los civiles que antaño serían anti-berberiscos.
  
Viviendas trogloditas en una curiosa formación geológica que se presta a ello

            El camino empezaba con unas fuertes subidas y bajabas que unían escarpadas ramblas, alguna con un hilo de agua todavía, en esos lugares fue donde pude encontrar algo de vida arbórea: dispersos algarrobos amparados en el agua edáfica, al igual que algún pino carrasco y, en medio de un barranco un par de palmeras, seguro que la polémica palmera de rambla, la supuesta Phoenix iberica, una rústica palmera autóctona de flores y dátiles diferentes de los de P. canariensis y de P. dactylifera , las otras palmeras presentes en la península y en la que algunos investigadores del sureste han querido ver a la única palmera arbórea europea.


La cuestionada palmera Phoenix iberica, tiene dátiles iguales a los de excavaciones arqueológicas de hace más de 4000 años

            Solo en un par de lugares del camino pude ver a la única  palmera europea con papeles, el palmito Chamaerops humilis, que aquí escasea debido a la extrema aridez, por eso lo vi solo en las ramblas. Al borde de las ramblas abundaban las floridas adelfas (Nerium oleander), también localicé otra especie típica de esas ramblas, la retama loca del sureste, el bayón (Osyris lanceolta).
  
Rambla con adelfas, Osyris lanceolata, esparragueras blancas, espinos negros y escobas negras

            La aridez climática impide la vida arbórea en gran parte de estas comarcas. Esto de rebote consigue una explosión de la vida arbustiva cuyo desarrollo usualmente está limitada por la presencia de los árboles. Algunas de las especies que hay por aquí han evolucionado genéticamente sin tener que competir con los árboles y han dado formas más desarrolladas que aquellas especies originarias que sí que tenían que competir con ellos y que por eso  ocupaban micro-hábitats inhabitables para los árboles.
  
Uno de los escasos palmitos de la zona casi en medio de una rambla

            Como he dicho al principio, pocos son los sitios que han sobrevivido a la explosión turístico-urbanística costera, pero a esto se le añadió hace pocos decenios la agricultura intensiva en invernaderos que ha ido arañando terrenos a la montaña, de tal manera que el contacto entre el monte y los invernaderos, suele ser una rampa vertical del recorte de la escavadora a la montaña que, de paso, vierte esos materiales en las partes inferiores para igualar las pendientes.



       Este tipo de agricultura, aunque es muy productiva y aprovecha bien los escasos recursos hídricos, genera una enorme cantidad de residuos plásticos y está muy determinada por el uso y abuso de fertilizantes y químicos que contaminan las cada vez más escasas aguas subterráneas de esta región.


Los lirios del centro peninsular

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            Los lirios son unos de los géneros de plantas con una de las flores más llamativas del reino vegetal. Tal es su belleza que algunas especies se han naturalizado tras su cultivo masivo en jardinería, mientras que otras por contra están desapareciendo por la recolección excesiva de sus flores o plantas enteras.
         "Disculpad el gran tamaño de esta entrada y el exceso de ambiguos nombres científicos y vernáculos".

Crecimiento masivo del lirio español tras un invierno y primavera lluviosos

             Tal belleza ha sido la causa de una, quizás excesiva admiración por ellos, desde su bajorrelieve en la puerta de Ístar en Mesopotamia, hasta su unión con la tradición monárquica francesa y por simpatía, con toda la heráldica europea. Incluso el símbolo de la flor de lis se usó para la orientación de los mapas como hoy se usa la rosa de los rumbos y también es símbolo de muchas otras cosas: la belleza, la pureza, la limpieza, el cielo (los pétalos hacia arriba) y la tierra (los pétalos hacia abajo), la trinidad, los “boysescaus” y un largo etcétera.

Visión zenital del simétrico lirio hediondo Chamaeiris foetidissima

            El nombre lirio no genera confusión, pero el heráldico y afrancesado "flor de lis", tiene ha valido para la no menos bella flor delmartagón, Lilium martagon y principalmente, su amarilla raza pirenaico-cantábrica el Lilium pyrenaicum, la flor de lis de los Pirineos franceses. Los nombres vernáculos de los lirios si son un lío, pues varían con las regiones y se cambian de unas especies a otras; lirios de monte y de agua hay muchos, además los botánicos andan de mudanza y "recortes" de especies, por eso, y perdón, voy a usar aquí los nuevos nombres.

Lirio de junquera Chamaeiris reichenbachiana anterior Iris spuria subsp. maritima

            Las iridáceas son una de las familias más fáciles de reconocer pues las características formales de sus flores no dejan lugar a dudas, otra cosa es acertar con las especies, y otra cuestión es conocer como ha quedado el género de los lirios “Iris”, después de su reciente cambio tras concienzudos estudios filogenéticos que lo han “deconstruido”. Como todo cambio, desconcertante, pero creo que acertado y razonado. El anterior género Iris se ha descompuesto  en otros varios géneros, de tal manera que el actual solo tiene tres especies, uno el cultivadísimo Iris germánica, el menos cultivado, I. canescens y el autóctono, “supramediterráneo” y calizo, Iris lutescens.

Hojas de Iris lutescens. Como en todos los lirios, tanto las hojas como las flores, también son inconfundibles

            De la nueva clasificación taxonómica desaparecen algunas especies; unas con buenas explicaciones y otras no tan convincentes, como el lirio amarillo extremeño, el Iris lusitanica que a pesar de sus flores amarillas, se argumenta que en todo lo demás, se trata del lirio español Xiphion vulgare. Aquí prefiero la escuela botánica de Salvador Rivas Martínez que da tanta o más importancia a la ecología propia de la planta que a los meros caracteres taxonómicos.


Lirios de junquera compitiendo/cohabitando con los juncos, el lirio acuático lo hace con cárices y espadañas

            Los nuevos géneros aparte de  los que permanecen: Iris y Ginandriris, son Xiphion, Chamaeiris, Juno y Limniris. Los lirios que aquí voy a tratar, quedarían como sigue:


        Nombre vernáculo               Nombre anterior           Nombre actual

        Lirio español                        Iris xiphium                    Xiphion vulgare
        Lirio acuático                       Iris pseudacorus             Limniris pseudacorus
        Lirio de junquera                 Iris spuria                        Chamaeris reichenbachiana
        Lirio hediondo                     Iris foetidissima              Chamaeris foetidissima
        Lirio de invierno                  Iris planifolia                   Juno planifolia
        Lirio de loma                                          Iris lutescens                              (no cambia)
        Patita de burro                              Ginandriris sisyrinchium                     (no cambia)


Lirio de invierno, Juno planifolia lleno de flores acaules

            Los abundantes e incluso naturalizados Iris germanica, usados tanto por su belleza como por su contención de taludes, pueden vivir muchos años; hace tiempo en un lugar imposible, un alto espolón yesífero sobre la vega del Jarama y frente al antiguo puente del tren de Arganda (el que pita más que anda), encontré una gran mata de estos lirios; al tiempo me contarían –historia creíble o no- que se trataba de la tumba de una brigadista muerta en la Batalla del Jarama.

El lirio acuático Limniris pseudacorus, tal vez sea el lirio más fácil de ver de toda la península, aquí en el Guadiana

             Todos los lirios del centro peninsular son éstos, salvo un lirio que llega desde las Subbéticas a alguna localidad de la Ibérica conquense (Xiphion serotinum) y el aludido Iris lusitanicaque fuera del centro-occidente extremeño, bien podría aparecer en los arenales toledanos del Tiétar,  ver a (Alberto Gil Chamorro en Desde el Torreón). El resto de los lirios ibéricos, con la excepción de Xiphion filifolium que es del extremo sur, son del norte: el escasísimo Xiphion boissieri del noroeste, Chamaeiris graminea del norte central y Xiphion latifolium de las altas montañas del norte, salvo muy escasas localidades en prados de siega de  Ayllón.

Lirio de junquera en plena llanura de inundación del Guadiana evidenciando la buena salud de ésta

            De todos los lirios que voy a tratar, prácticamente solo es relativamente fácil observar, el lirio de agua (Limniris pseudacorus) en ríos y arroyos, más o menos permanentes y el lirio de monte (Xiphion vulgare) en montes y vaguadas. A éstos le seguiría, con mayor dificultad de observación, en llanuras de inundación e incluso en zonas salobres, el lirio de junquera (Chamaeiris reichenbachiana). Menos extendidos, en el extremo sur occidental meseteño, el pequeño patita de burro (Ginandriris sisyrinchium) y el lirio de invierno (Juno planifolia) y todavía más escaso, en áreas  más térmicas, húmedas y umbrosas, podemos encontrar el lirio hediondo (Chamaeiris foetidissima); y ya, de manera absolutamente puntual y localizada, el lirio de loma (Iris lutescens).
  

            El lirio español Xiphium vulgare es relativamente abundante, pero un año lluvioso como éste, da gusto verlos al viajar o andar por los montes del centro peninsular, donde entre las piedras, en vaguadas y cunetas llega a crecer en masa, aunque nunca de manera tan concentrada como lo puedan hacer el lirio acuático y el de junquera, con el que alguna vez llega a mezclarse, siendo entonces algo confundible por la flor, pero los frutos y la mata que forman son totalmente diferentes.


            Es un lirio muy grácil, de alta talla que se sobrepone al matorral o pastizal dominante, muy variable en tonalidades y tamaños. Es tan versátil que aparece desde los frescos robledales a las bajas solanas y admite todo tipo de litologías, aunque una de mis localidades preferidas está sobre calizas paleozoicas.


            El lirio acuático, Limniris pseudoacorus, tolera aguas ligeramente contaminadas y es abundante en casi todos los ríos y arroyos españoles, a veces me ha llamado la atención la cantidad de ellos en angostos arroyos de Montes de Toledo creciendo entre la maleza de sauces y zarzales. Llega a formar vegetación, creciendo la masa de hojas en competencia con espadañas y carrizos.


             Un lugar donde siempre es abundante es el magnífico Bullaque, río que debería estar integrado en el P.N. de Cabañeros. A diferencia del lirio de junquera, no tolera para nada la sal, el año pasado intenté con Rubén de Pablo una repoblación en el sureste madrileño y a pesar de elegir aparentemente un buen lugar, las plantas fueron muriendo por la salinidad del arroyo de los Migueles en Rivas.

Lirios de junquera en una pradera húmeda, de fondo el amarillo Tetragonolobus maritimus

            El lirio de junquera, Chamaeiris reichenbachiana, es muy ocasional, pero sabiendo donde buscarlo, llega a aparecer incluso en apretadas formaciones. Una de ellas la descubría el año pasado, pero este año, la climatología no le ha sido favorable, pues a pesar de encontrarlo en floración (tras varias visitas), no era, ni de lejos, tan  masivo como el año anterior.

Increíble concentración de lirios de junquera recién "pasados"; este año no salió ni parecido

            Es el lirio indicador de la buena salud de las praderas-juncales y de las llanuras de inundación, y en algún caso lo he visto crecer prácticamente sobre costra salina, como en el arroyo de la Cañada de Valdemoro en Madrid, de ahí le viene el haber sido descrito como Iris spuria subsp. maritima. Más al norte, fuera de esta “seca” meseta sur, no se ciñe tanto a los márgenes fluviales.

Detalle de la esquiva flor del lirio hediondo (perdón por el nombre)

            El lirio hediondo, llamado así porque huele algo mal al frotar fuertemente las hojas, de todo el centro peninsular que yo sepa, solo aparece en el extremo occidental ciudarrealeño en arroyos temporales y nacederos muy umbrosos y en alguna localidad madrileño-alcarreña del valle del Tajuña. Probablemente aparezca también en bosques galería del Júcar y de algún tributario del Tiétar. En el norte es casi una "mala hierba" de los prados húmedos.


             La primera vez que vi este lirio, fue en gran cantidad a la sombra de un rarísimo quejigar-avellanar; estaba sin flor y no lo reconocí, me llevé un esqueje y lo planté en un jardín, pasaron varios años hasta que un día abrí las ramas de una gran hortensia que los cobijaba y aparecieron las esbeltas flores de este lirio, dejándome absolutamente boquiabierto. Este año hice una larga excursión para fotografiarlos floridos y al llegar, mi gozo en un pozo, pues estaban lejos de florecer en esta tardía primavera.

Grupo de patitas de burro

          Los patita de burro (Ginandriris sisyrinchium) son abundantes en los suelos pobres y pedregosos de las dehesas andaluzo-extremeñas y llegan al extremo sur occidental de Ciudad Real y al sureste toledano. Florecen en lugares bastante inhóspitos como un milagroso regalo de la tierra.


        A pesar de su pequeño tamaño son de una belleza enorme, destacando en una estación en la que el campo apenas empieza a barruntar la primavera. Podría ser que el calentamiento global esté detrás de la ampliación de su areal hacia el centro peninsular. Ya está a menos de 30km de Ciudad Real, hace años era casi solo del valle de Alcudia.

Lirio de invierno

            El lirio de invierno Juno planifolia, no llega ni siquiera a asomarse a la primavera, en otra entrada exclusiva sobre ellos, ya conté que incluso lo he visto en Ciudad Real a comienzos de diciembre, pero asoma por allí alejándose mucho de su meridional área de distribución.

Como todo el género Iris, aparece "barbado" el Iris lutescens

            La sorpresa de este año ha sido el lirio de loma, el calizo Iris lutescens, un lirio “barbado” que ya conocía del alto Maestrazgo castellonense, donde lo llamaban lirio de llomba. Me parecía increíble que entre las rocas calizas, en lo más seco y pedregoso pudiese crecer un lirio tan aparentemente delicado. En su área de distribución más oriental llega a hacer honor al nombre lutescens -amarillo- y suele tener dos flores (ex Iris biflora).


            Pero no se trata para nada, de una planta delicada ni crece solo en esas regiones calizas de la iberia oriental. Gracias a Álvaro Nicolau me enteré de que existía en una zona caliza toledana, junto con otras rarezas como la orquídea Orchis italica, todo muy similar a otra localidad que conozco de esa orquídea pero con el pequeño patita de burro, por lo que me temí una confusión que dada la profesionalidad de Álvaro era totalmente infundada.
Gracias Álvaro por este regalo.



El Pico del Lobo

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Pico del Lobo, 2.773m cima más alta de Ayllón y de Castilla la Mancha


            El Pico del Lobo es la cumbre más alta de toda Castilla la Mancha y del Macizo de Ayllón, el último gran macizo del Sistema Central, con permiso de la Sierra de Alto Rey, un poco más al oriente y de otras sierras menores que hacen casi de puente con el Sistema Ibérico. Hace poco decidí retomar un estudio pendiente sobre la geomorfología y vegetación de la alta montaña del Sistema Central y voy a tratar la vegetación de los neveros, desde la Sierra de Béjar a occidente hasta el Macizo de Ayllón en oriente.


          Esta es la tercera vez que subo al Pico del Lobo, las otras veces fuí de montañero y en invierno, una de ellas con una ventisca de impresión en la que nos vino de perlas el horrible monumento a la estupidez humana –española en particular-, que es la ruina de un hipotético restaurante en la misma cumbre del Lobo, que iba a culminar todo el chiringuito económico “deportivo” de la estación de esquí de La Pinilla. Pudimos comer, en aquella ocasión, ateridos entre la niebla exterior e interior protegidos por las cuatro gélidas paredes de ese adefesio.

La llanura castellana de Segovia desde los altos de Ayllón

            Esta es la tercera vez que subo al Pico del Lobo, las otras veces fuí de montañero y en invierno, una de ellas con una ventisca de impresión en la que nos vino de perlas el horrible monumento a la estupidez humana –española en particular-, que es la ruina de un hipotético restaurante en la misma cumbre del Lobo, que iba a culminar todo el chiringuito económico “deportivo” de la estación de esquí de La Pinilla. Pudimos comer, en aquella ocasión, ateridos entre la niebla exterior e interior protegidos por las cuatro gélidas paredes de ese adefesio.

Alto valle glaciar del Jaramilla, al fondo pintada de amarillo la morrena fronto-lateral 

Nada más llegar un día de esos que ya marcaba claramente que habíamos dejado atrás esos frescos días de mediados de junio, para entrar climáticamente en verano. Cuando de camino hasta las cercanías de Somosierra todo estaba ya agostado, al llegar a La Pinilla y bajar del coche, me dí de bruces con la primavera, incluso con sus inicios. Esas altas laderas orientadas al norte, apenas estaban con las primeras flores de la temporada.

Armeria caespitosa tapizando los prados de cumbres

La primera flor que me llama la atención y que me acompañará todo el día, es una violeta, la Viola cornuta subsp. montcaunica, una flor que nos recuerda que no estamos muy lejos del Moncayo, la mayor altura de la Ibéricay sierra de donde viene esta violeta y otras muchas plantas e incluso vegetación, como el mosaico de piornos y brezos del límite superior del bosque, destacando unas relaciones que yo diría más cercanas, quizás por lo litológico, de Ayllón con el Moncayo que con el Guadarrama.


Al acercarme a un arroyo a coger agua veo una buena mancha de helechos Blechnum spicant, coronando un talud turboso de musgos y esfagnos con droseras por abajo y Vaccinium uliginosus; entre las rocas del arroyo.


            Ganando altura me voy acercando al límite del bosque, va cobrando importancia el matorral que, como en toda la subida, da preferencia a los brezos frente a los piornos. De estos últimos he tenido una florida representación durante el acercamiento a esta montaña, de la gran Genista florida y de Adenocarpus lainzii (aunque hay quien le llama A. complicatus, pero después de tanto andar por Asturias y León, no me queda duda). En otros puntos también se podíahe visto al codeso Adenocarpus hispanicus y ahora aparece el piorno serrano, Cytisus oromediterraneus.



            El matorral oromediterráneo, pues ya estoy en la cara norte y por encima de los 1800m., es una mezcla de piornos y brezos. Algo más abajo parecía haber predominio del brezo rojo  Erica australis, pero aquí arriba predomina el brezo blanco Erica arborea. Algo más arriba y sobre todo, en la cara sur, ya aparece un claro predominio del piorno y en orientaciones favorables el brezo rojo.

Dos uñas de gato montañeras Sedum brevifolium (derecha) y el nival Sedum candolleanum (izquierda)

           

            El pinar de repoblación ha sido introducido hasta unas alturas irracionales, abancalando incluso prados psicroxerófilos, obviamente con un resultado lamentable, pues, aunque  con los años, algo se ha igualado, topográfica y vegetalmente, ha sido un destrozo y un gasto inútil, pues en esas condiciones no han prosperado los pinos. En algún punto se vé alguno nacido de semilla, prosperan hasta cuatro o cinco años y luego algún hielo o fuerte nevada les da el finiquito.

Pastizal crioromediterráneo lleno de Biscutella nevadensis

            Llego casi a la cuerda. En los manaderos y cervunales, abunda el botón de oro, Ranunculus alleae, con Pedicularis sylvatica y Veronica langei, cercado hacia el piornal por gencianas, biscutellas y, muy abundante también y grácil Saxifraga, más del tipo de la granulata que de la willkomii.

Pedicularis sylvatica, vegetación de turbera y cervunal húmedo

            Llego a la cuerda, cambia radicalmente el paisaje, del plano lienzo tendido hacia una interminable llanura castellana, al galimatías de serrezuelas del norte de Guadalajara, lleno de valles y líneas de pistas y cortafuegos. También se ve muy claro el contraste entre las zonas repobladas de pinares, en primer término, llenas del rayado topográfico de las plantaciones llenas de pistas y cortafuegos,y las zonas de vegetación silvestre del alto de Hontanares y el puerto de la Queseracon el hayedo de La Pedrosasobre él.

Cordal lleno de plantaciones, al fondo incluso hayedos cerca de La Quesera

              Estoy en un ecotono entre el piornal y los prados de cumbres, aparece abundante y eso que aún no está en su apogeo floral la Armeria caespitosa, que en damero con la Biscutella nevadensis y la Minuartia recurva( que está empezando a llenarse de flores blancas), representan a toda actual vegetación florida de la zona. Aparecen muy dispersos y escasos, a no ser que aparezcan asomos rocosos, los enebros rastreros y ejemplares enanos de Pinus sylvestris que no llegan a prosperar en este “movible” suelo, más allá de tres o cuatro años.



            Donde existe algo más de humedad, está a tope el botón de oro Ranunculus alleae, con Pedicularis sylvatica y la Veronica langei y en las rocas del cordal dominan como un manto que cubre las rocas el enebro rastrero Juniperus alpina y adornado de saxífragas. En los claros entre el piornal se ven las grandes gencianas amarillas Gentiana lutea y más abundante que en ningún lugar del Sistema Central, los amarillos anteojos Biscutella nevadensis.

Al fondo el Tres Provincias, en primer plano la estación de La Pinilla. Parte de los remontes sobre una gran morrena lateral

            También se ve muy bien el pico de la Cebollera o Tres Provincias (M, SG y GU) con su doble circo orientado al este, uno el noreeste, tiene la huella del cucharón glaciar pero sin ningún nevero y el otro el sureste, es idéntico pero tiene una buena acumulación nival. Esto señala bien a las claras que el factor que determina la localización de los neveros es el de la acumulación debida a los vientos dominantes en mucha mayor medida que el factor orientación.

El Narcissus nivalis creciendo como indica su buen nombre, al borde de los neveros

            Corono el collado entre el pico de Las Peñuelas y la cuerda, y ya veo el pico del Lobo y la gran hoya del Lobo en su ladera sur. Impresionante, toda la hoya es un conjunto monumental de geomorfología glaciar y periglaciar, con el cresterío sur sin apenas acumulación nival a pesar de su buena orientación. El centro de la gran hoya sureste muestra claramente cual fue el circo glaciar, con el centro vacío y despejado, salvo algún bloque errático, y los laterales cargados de taludes de grandes bloques y neveros.


            El pico del Lobo aparece casi heráldico de no ser por ese infausto monumento a la especulación que la montaña nunca permitió con sus condiciones de dureza, estúpidamente menospreciadas por ingenieros y “emprendedores”, adefesio que incluso hoy en día tiene las laderas cercanas llenas de sus escombros y chatarras.

En el arroyo de los Cantos se pueden apreciar planchas metálicas desparramadas entre los blancos cantos de cuarzo

          La gran hoya del Lobo en su ladera sureste es impresionante, toda la hoya es un conjunto monumental de geomorfología glaciar y periglaciar, con el cresterío suroeste sin apenas acumulación nival a pesar de su buena orientación. 


Bloque errático mostrando los pliegues sufridos por la roca metamórfica del pico del Lobo

          El centro de la gran hoya sureste muestra claramente cual fue el circo glaciar, con el centro vacío y despejado, salvo algunos grandes bloques erráticos, el lugar inicial para la acumulación y posterior movimiento gravitacional del hielo; los aledaños y laterales de la cuerda cargados de taludes de grandes bloques y neveros; y por delante todo un conjunto de materiales morrénicos.


La cima de la primera morrena está colonizada por el piorno

            Desparramándose ladera abajo, las morrenas más modernas algo caóticas, de transición entre las genuinas y morrenas de nevero; la clara morrena de un dilatado máximo glaciar lo es más al estar totalmente floridos los piornos que la culminan aunque en sus partes inferiores predominan los brezos rojos; y, una “elucubrable” morrena de mayor tamaño de un máximo anterior, de la que podrían dar fé las hombreras glaciares de ambas vertiente y unas probables formaciones postizas (morrenas) en brusco descenso hacia el fondo del valle.

Matillas del raro brezo Erica cinerea, en la vecindad de los neveros

              Llama la atención que los neveros aparte de localizarse arriba en las alturas, protegidos por las paredes, también están presentes, y de buen tamaño, hasta doscientos metros por debajo, en las incisiones sobre material morrénico del zigzagueante arroyo que desciende del gran nevero oriental. Me quedé con ganas de bajar a verlos, pues seguramente hasta tendrían galerías por debajo de ellos y por encima del curso del arroyo.

Del deshielo  de este gran nevero nace el río Jaramilla, futuro afluente del Jarama

            Desde donde me encuentro se puede ver claramente el enorme deshielo del gran nevero que desparrama su caudal por una ladera-cervunal para ir a formar el caudal inicial del Jaramilla, que más abajo recogerá las otras aguas de deshielo del resto de la Hoya del Lobo. Todo el nevero está rodeado por los narcisos de la nieve, con una ecología que solamente aparezcan ceñidos al deshielo nival, al retroceder la nieve, la acompañan fielmente en su retroceso, siendo imposible encontrarlos lejos de la nieve aunque haya agua. También, en una posición más alejada de la nieve pero aprovechando sus aguas se puede localizar a la norteña y escasísimo brezo Erica cinerea.


Narciso nival en su nicho ecológico, el borde menguante de los neveros

              En el centro de la Hoya asoma un escalón estructural y sobre él aparece algún gran bloque errático que muestra las ondulaciones de los pliegues a los que fue sometida las rocas metamórficas de este macizo. Bajo el bloque, sobre la roca, un reguerillo deja arenas acuosas que tienen mucho Sedum rivasgodayanus, un Sedum que Flora Ibérica se ha saltado por la cara, sin ninguna explicación, obviando su existencia.

El Sedum rivasgodayanus, un fantasma en Flora Ibérica, ahora sin su rosada flor


            Al suroeste del asomo rocoso quedan un conjunto de lagunillas de fusión nival, alimentada por fuentes y neveros que dejan un conjunto de aguas estagnantes y corrientes de gran interés, con vegetación turfófila asociada de Carex carpetana, Viola palustris, las carnívoras Drosera rotundifolila y Utricularia minor, Pedicularis sylvatica, etc.

Lagunillas, manantiales y turberas de obstrucción morrénica en el circo del Lobo


            Rodeé la zona de las lagunillas y ví los primeros nacederos, unos le vienen de la vaguadilla por delante de la alta línea de altos y estables taludes, y otros le llegan del subsuelo, creando huecos entre el musgo y la vegetación  semi-acuática creando en conjunto un buen chorro, y es que estamos en el momento álgido del deshielo.

El agua brotando a borbotones entre los cojines de musgo


La loma por encima de la lagunilla está muy estabilizada, apenas están asomando ahora los helechos Dryopteris oreades y Cryptogramma crispa; más desarrolladas están las grandes hojas de la Gentiana lutea, y en pleno boom las violetas del Moncayo y las biscutelas. Se ve bastante Murbeckiella boryi, el sérpol Thymus praecox, saxífragas y otras especies entre las que seguro que hay buenas plantas norteñas poco comunes en el resto de estas montañas.

Una genciana amarilla Gentiana lutea creciendo en un talud estabilizado

Al salir de vuelta hacia la cuerda, remonto el vallejo inicial, el que tenía los grandes neveros por abajo, el llamado valle de Cantos, y que hace honor a su nombre pues destacan mucho los cantos blancos de cuarzo, fruto de la acción nival que va carcomiendo las laderas desde el interior desde estos surcos. Todavía me queda la bajada, que por cuestiones de tiempo, he decidido que sea en bicicleta, duro pero breve, quizás sea una de mis últimas “machadas”, pues empiezo a no tener el cuerpo para este tipo de burradas.

"Pulvinículo" de Minuartia recurva, un diseño vegetal preparado para soportar las más duras condiciones climáticas

El Incendio de Mijares

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Monte y cultivos en la umbría de La Pinosa

            Llevo casi toda la vida yendo por Gavilanes, concretamente en frente de un monte, estribación inicial de la sierra de Gredos desde el fondo del valle del Tiétar, llamado La Pinosa que, aún quedando linealmente más cerca de Gavilanes, pertenece por entero a Mijares, aunque en los telediarios a este incendio se le ha llamado el Incendio de Gavilanes, realmente ha sido el “Incendio de Mijares”.

A la media hora de comenzar el fuego ya estaba acercándose a la cima del monte

            Estábamos comiendo la familia en el jardín para mitigar un poco el calor del interior de la casa, cuando vimos enturbiarse el cielo por el sur y oír el agorero sonido de los clásicos medios aéreos anti-incendios. Fue asomarnos y ver las pesadas burbujas de humo oscuro avanzando rápidamente hacia nosotros de un fuego iniciado en la parte baja del valle, en los pinares cercanos al charco del Tudón y avanzando por momentos laderas arriba.

Afortunadamente en zonas el fuego corrió por abajo y no se convirtió en un peligroso fuego de copas

            Eché un rápido vistazo a la espléndida vista de toda esa ladera oeste de la Pinosa, llena de grandes pinazos afortunadamente aún sin cortar a pesar de su edad y tamaño, como despidiéndome de ese paisaje porque por el sur, destacando tras la espesa cortina negra, ya empezaban a verse las rojas heridas de las llamas que subían ladera arriba. En una apocalíptica imagen, un gran pino algo solitario, fue engullido como de una sola bocanada, por una gigantesca llama acrecentada de golpe por esa leña que hizo levantarse una gran voluta de humo negro y marrón que a su vez alzó un alto pináculo en la montaña de humo que se levantaba de todo el bosque.

Un nuevo foco recién provocado a kilómetro y medio del fuego

            Terminé rápido de comer, hice alguna foto de los helicópteros soltando profesionalmente su líquida carga sobre la base de las llamas y en esto me dice mi hija que parece que alguien acaba de hacer una hoguera en la ladera noroeste, miro hacia allí y veo convertirse un hilillo de humo en una gran hoguera que prende los árboles cercanos en cuestión de segundos. Parece claro que alguien quiere incendiar deliberadamente toda la Pinosa, esto no ha sido una pavesa encendida que haya prendido a kilómetro y medio del fuego, todo esto ha sido claramente orquestado como, desgraciadamente, pude constatar más tarde con otro foco en la umbría, nacido de la nada.

El mismo foco anterior cobrando fuerza tras un par de minutos

            Cogimos mi hermano y yo una pala, un azadón y un hacha, aparte de ropa de manga larga, guantes y varias botellas de agua y partimos con el coche hacia la antigua pista forestal, hace tiempo asfaltada que baja de Mijares a su cantina, en la carretera general. Al pasar por Mijares vimos el trajín de la gente preparando coches y llenando garrafas de agua en las fuentes, al salir por esa carretera, un grupo de mujeres nos paró para ofrecernos garrafas y darnos trapos empapados en agua para poder enfrentarnos a las llamas, usándolos de mascarilla húmeda y a la vez de refresco. Llegamos a uno de los aparcaderos como otros que vimos, llenos de coches y con las cunetas llenas de garrafas y botellas de agua a disposición de quienes las necesitasen.

Coches que corrieron peligro, un tractor con cisterna y garrafas por doquier

            Todo lo que se veía eran voluntarios, cargados como nosotros de herramientas y garrafas, había personas del pueblo con furgonetas llevando y trayendo a gente, arriba y abajo, en contacto con todo el mundo, con los de la brigada antifuegos, con los diferentes grupos de voluntarios, siempre informados al instante de dónde saltaba un nuevo fuego, de dónde se necesitaba gente urgentemente, etc. De hecho llegaron y se llevaron una carga de voluntarios para la parte baja pero nos dijeron que había aparecido un nuevo foco por el Escurialejo, una variada zona de olivares y monte en la umbría de la Pinosa, a donde nos dirigimos andando unas quince personas.

Acabando con el fuego en un olivar ya frente a La Pinosa, al pie de la sierra

            Algunos de los del grupo iban casi a la carrera, algunos de los olivos y viñuelas que se estaban quemando eran suyos o de parientes. Al acercarnos al fuego nos dijeron que estaban bastantes ya y que tenía mucho más peligro de que se extendiera a toda la sierra el fuego que vimos en la otra ladera. Llegamos tras una nueva caminata, a la hora más calurosa del día. Estábamos apagando un fuego en una zona relativamente fácil de bancales de olivos, allí el azadón y la pala en conjunto, tirando paletadas de tierra al pie de las llamas era bastante efectivo, afortunadamente llegamos a tiempo para que el fuego no pasara al monte, un monte donde hace años fui a veces a por madroños del único gran madroñal de toda la zona, también abundante en robles, una isla en medio de un mundo de pinares.

Este otro foco en la umbría costó buenos sudores apagarlo, salvamos un robledal por los pelos

            Tras acabar aquí bajamos a la fuente del Escurialejo a refrescarnos y beber algo, y vuelta para arriba en esa umbría, a la zona a la que fuimos en principio, pues el fuego se había extendido y había pasado del borde del bosque a los cultivos. Aquí tuvimos que emplearnos a fondo, no era como lo de antes, era el borde de los olivares con pinos, bastante insalvables por arriba y robles por los lados. Aquí las llamas eran grandes, aquí ya solo de acercarme a apagar llamas a golpe de escobón de ramas, se me enrojeció la cabeza del calorón, el humo también soplaba en nuestra dirección y había que saltar y alejarse a cada rato para recuperar la respiración. Afortunadamente éramos bastantes y pudimos contener el fuego sin que entrase en el espeso robledal de al lado.

A pesar de estar casi sofocado había que irse lejos para respirar

            Era el primer golpe fuerte de curro y me sentía agotado por el calor, por el humo y por cargar con una mochila que fue un estorbo, con una cámara que apenas usé porque no iba de reportero sino de apagafuegos. Entre los cambios de tarea, alternando palas con escobazos, descansos y movimiento a zonas donde se necesitaba más gente despisté el azadón, horas más tarde correría la misma suerte la pala, pues la guardia civil cortó el paso carretera abajo donde la dejé.

La carretera cortada  por la guardia civil. Los bomberos tuvieron que emplearse con un foco orientado a Gavilanes

            Encontré un par de brigadistas con todo su pesado equipo anti-incendios que me contaron que llevaban ya dos días apagando fuegos, pero que eran de la zona y que moralmente no podían irse a descansar como les ordenaron, con el consiguiente riesgo de perder su trabajo por no cumplir los tiempos de descanso para reponerse; tras charlar con ellos se largaron ladera arriba, hacia la parte donde se oía crujir los pinos con más crudeza.

Otro nuevo foco en la ladera hacia Gavilanes

            El fuego ya estaba controlado en esta ladera, había una gran pila de leña recién cortada en una finca ardiendo sin manera posible de apagarse y tuvieron que quedarse un par de personas de guardia. El resto nos fuimos otra vez para la carretera, allí volvimos a subirnos a la furgoneta que hizo antes dos viajes a toda velocidad para llevar gente a la ladera de la caseta forestal. A nosotros nos llevó más abajo, pues había un gran frente progresando hacia el puente de Gavilanes. Afortunadamente el fuego era bajo, pero estaba a punto de llegar a una zona espesa del pinar. Mucha gente se quedó por el camino protegiendo las zonas cultivadas. Era desesperante porque el fuego era fácil de apagar pero no tenía las herramientas adecuadas e iba ganando terreno.

Muestra de la pericia de los pilotos, acrecentada por demasiados días de práctica continuados

            Por fortuna bajó un camión cisterna por esta zona que tenía un pequeño camino, allí poniendo tramos y tramos de manguera, conseguimos que un hábil brigadista fuese apagando de una forma más que eficiente todo esa línea de fuego, nos quedamos cortos de manguera y de agua, pero afortunadamente apareció ladera abajo una balsa de agua que regaba un huerto, accesible por ese mismo camino. Bajó el camión, pasamos las mangueras, el camión se conectó con la balsa, nuestra manga al camión y a empalmar tramos de manguera ladera arriba por una zona donde un par de otoños atrás cogí una buena cesta de níscalos. Solamente con cuatro personas conseguimos hacer avanzar al brigadista por todo el perfil del fuego hasta dar con otro equipo de brigadistas que venían siguiendo en sentido opuesto la línea del fuego.

La torreta de vigilancia de la Pinosa seriamente amenazada por las llamas

            Durante todo el tiempo no pararon de caernos cargas de agua de los helicópteros o del hidroavión, eso era una magnífica noticia porque significaba que no eran ya tantos los sitios que necesitaban con urgencia los medios aéreos. Tanta fue el agua caída que la temperatura bajó bastante, incluso el negro musgo de las rocas se fue tornando verde. Al encontramos con los brigadistas del otro corte, la alegría empezó a cundir entre los rostros negros y sudorosos, por este lado, al menos, el fuego estaba controlado. Eso sí, más que agua lo que querían era bocadillos, como las bolsas que habíamos visto en la furgoneta, preparados por las mujeres de Mijares, aunque cuando llegamos ya habían ”volado” entre los hambrientos.

La disponibilidad de medios aéreos y la cantidad de voluntarios fueron determinantes para la extinción del fuego

            Esta vez había habido un final feliz, quedaban focos tozudos, rodeados pero casi inextinguibles, ya la gente se juntaba en la carretera de charla y comenzaban a volver coches al pueblo. Por suerte, no continuó el viento que al principio soplaba del sur amenazando con subir a toda la sierra, pero entre el despliegue humano y una súbita calma de ese viento, pudo ser reducido. Además ese día fue de los pocos que, tras el de Cebreros, no hubo varios grandes incendios simultáneos y todos los medios, aéreos y humanos, pudieron emplearse a fondo a pesar de sus “recortados” efectivos.

Un helicóptero pasa "empequeñecido" ante las terribles columnas de humo

            Me comentaba un agente medio-ambiental toledano que a ellos ya les enseñan a cortar el paso a los voluntarios y que no los suelen admitir en esas peligrosas labores, pero recuerdo a los mijariegos de la furgoneta diciendo que como un guardia civil o quién fuese, les impidiese el paso, le daban lo suyo. Hay que reconocer que sin los voluntarios este fuego hubiese sido, sin duda, mucho más devastador, y hay que felicitar a todos los habitantes de Mijares (también a bastantes forasteros), por su unidad, tenacidad y solidaridad a la hora de enfrentarse sin tardanza para salvar su magnífico patrimonio natural, ya fuesen huertas, olivos, pinos, robles o matorral.

La población entera de Mijares colaboró de una manera o de otra para apagar el fuego

            No puedo evitar recordar el anterior incendio de Arenas de San Pedro, que empezó cerca de esa ciudad y acabó cruzando la sierra hasta detrás del puerto del Pico, arrasando incluso el último pinar natural de pino silvestre de todo Gredos. Un incendio absolutamente descontrolado en el que los habitantes de El Arenal lloraban de impotencia y de rabia cuando las autoridades les prohibieron intentar atacar un fuego (ya asesino) que dejó un enorme y arenoso secarral donde antes hubo tanta riqueza.

Los restos del último pinar verdaderamente autóctono de Gredos que ardió en el terrible incendio de Arenas

            El incendio fue provocado, yo vi la aparición de tres focos distantes del fuego inicial y me comentaron que al menos hubo cinco. Oscuros intereses se ocultan y se solapan, esta vez no ha estado la imprudencia más clásica de este verano, la de máquinas trabajando en el campo (incluso para el control de incendios), bien podría ser de intereses madereros, pues hay contratistas y madereros que mueven grandes cifras con la devaluada madera quemada o a saber que otros oscuros intereses.

Gavilanes, indemne tras el fuego que ya lo ha visitado en demasiadas ocasiones por el oeste

            Al campo y al monte hay que mimarlo tras tantos años de abandono y de éxodo, aunque alguien pueda pensar que es bueno para la naturaleza, no es así el monte se espesa en exceso, los caminos se pierden, las especies más pirófilas (las que se aprovechan de los fuegos, incluído el propio pino), van conquistando terreno. Llevo más de 35 años viniendo por aquí, y he podido comprobar en las partes bajas de la Pinosa como los pinares ganaban terreno a una rica arboleda de encinas, alcornoques, quejigos y robles, muchas veces fomentado por el hombre y, también, de forma natural, debe ser el famoso cambio climático, ante el que claramente debemos prepararnos, mucho mejor de lo que lo estamos.
P.D./ Mi agradecimiento y admiración al furgonetero-estratega (Hnos. Sánchez de la Paz)


El fiasco de la Ampliación de las Tablas de Daimiel

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            El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es el más pequeño de toda la red de parques nacionales, de hecho en varias ocasiones, no por su tamaño sino por sus importantes problemas, ha estado a punto de perder tal condición jurídica. La historia de las Tablas es un cúmulo de despropósitos desde que el hombre tuvo los potentes medios técnicos para intervenir a gran escala en ese espacio. Es la historia de un paraíso acuático convertido en un secarral gracias a la avaricia humana, la explicación se podría desglosar o matizar pero es así de simple y las Tablas de Daimiel son una “casi artificial” excepción dentro de ese panorama.

Un Guadiana lamentable en el surco de su encauzamiento aguas abajo del castillo de Calatrava

Hace poco, en tiempos más recientes, con medios y conocimiento para revertir esa historia que es la de una tragedia más que anunciada, no se hizo absolutamente nada aunque, entre eufemismos, leyes sin valor ejecutivo y declaraciones tan voluntariosas como inútiles, se aparentó hacerlo. Pero el poder y la tozudez de una agricultura/empresariado manchego o mejor dicho, con intereses en La Mancha, en medio de unos años de vacas gordas europeas, de nuevos regadíos y subvenciones contradictorias, han podido más que cualquier otro criterio.

El Cigüela también canalizado poco antes de llegar a Villarrubia de los Ojos (del Guadiana)

Hace unos años (otoño de 2009), el parque vivió su peor época, tras un año muy seco sobre una tierra ya reseca, la turba bajo los suelos del parque comenzó a arder; nada excepcional pues todas las tierras cercanas desde los antiguos y legendarios Ojos del Guadiana, Ojuelos de Villarrubia y la agrietada llanura de inundación Guadiana abajo hasta el Vicario y aledaños, ya habían ardido a lo largo de un par de décadas de clarísimos síntomas y avisos de una debacle ecológica. Pero es que esta vez ocurría en el interior del pequeño (1.900 has.) Parque Nacional con varias hectáreas inundadas, cuando lo normal era que en esa época estuvieran inundadas cerca de 1.000 has. Esta vez era más serio que cualquiera de las otras crisis del Parque (incendios de cañaveral, contaminación, botulismo, etc.) y para colmo un grupo de expertos europeos iban a comprobar la salud del Parque para dictaminar si seguía siendo un área de interés o no (con las nada despreciables ayudas económicas aparejadas).

No es un incendio de rastrojos, bajo el sembrado humea el fuego interior de la turba ardiendo en la madrugada


Daimiel se convirtió en un campo de ensayos de como se podría apagar un incendio de combustión interna de turbas, entonces, en las que podrían ser las últimas turbas que quedaban por combustionar de toda La Mancha. El Parque Nacional se convirtió en una especie de solar en obras o un campo de maniobras, lleno de maquinaria pesada, camiones de bomberos, auto-bombas, ingenieros de un signo y de otro. Se privó al Tajo (y a Murcia) de 10Hm3 de un agua que se perdió por el camino, pues apenas llegaron 2Hm3 que fueron totalmente insuficientes; se abrió una zanja express para conducir un tramo de la tubería manchega hasta aquí, etc.
Zanja de la cañería de socorro que se terminó unas semanas antes de empezar las lluvias

Al final nos vino Dios a ver, se abrieron los cielos y cayó el agua como no lo hacía desde el 1996-97. El incendio subterráneo se apagó, las Tablas se salvaron y los examinadores europeos se volvieron como vinieron. Entonces los ríos crecidos, asombrosamente circulando por la superficie, como los ríos normales, fueron a alimentar las Tablas (Ciguela) y el Azuer se hundía al llegar al cauce seco del Guadiana, en las entrañas de la tierra, por donde antaño las aguas salían de ella. El Acuífero 23 se recuperó bastante y pasó de estar a más de 30m de profundidad y fluir contra natura en dirección W-E, a llegar a los 12m y fluir, como siempre lo hizo, de E a W.

Amplios, pero poco profundos hundimientos generalizados en el Guadiana pre-Parque

Ahora tras otro buen año de lluvias, las esperanzas de todos se han avivado, aunque muchos creíamos que podríamos ver todos los ojos manando, muchos de ellos sí han manado y el río Guadiana se encuentra lleno de agua y de vida, pero el agua que llegó a brotar a casi un 1km. de los Ojos iniciales, ha ido retrocediendo y ahora ya no llega a brotar en la vecindad de Zuacorta, como lo ha estado haciendo casi toda la primavera. Eso sí ,el río Guadiana está lleno de vida como nunca, con la misma fauna en cantidad y calidad que la que hay dentro del Parque Nacional o más.

Ánsares y otras aves en el "nuevo" Guadiana

Lo que es increíble es que hay quien dice que todo se ha hecho muy bien y que la prueba es que haya esa agua y esa vida, cuando es completamente al revés, lo hemos hecho tan sumamente mal, que ni siquiera esa lotería meteorológica que nos ha tocado, haya sido capaz de llevar al acuífero a la superficie hace años (1996-97 o 2010) y devolver los Ojos del Guadiana a su ser, de la seca ceguera a una visión de acuática exhuberancia.

Llanura de inundación en Alarcos, nada con respecto a lo que tuvieron que ser los Ojos en su día


Hace unos meses nos enteramos, de manera extraoficial, que había dinero y fincas para una hipotética ampliación de la superficie del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Junto con algunos compañeros vimos que era el momento de hacer una propuesta a la administración, al menos para mostrarles por donde deberían ir los tiros, pues nos temíamos un “apaño-ampliación” y era bueno que se supiese qué era prioritario y qué accesorio para la salud y la riqueza ambiental del parque.

Zanja drenando Los Prados en el arroyo Pellejero al borde de Calatrava la Vieja

            Nos pusimos en movimiento para reunir todas las fuentes de información e influencias posibles para hacer medianamente lógica y coherente una propuesta de ampliación y lo suficientemente asequible para que pudiera ser factible. La Asociación Ojos del Guadiana Vivos fue quién se puso a la labor de reunir y coordinar los esfuerzos de diferentes profesionales e investigadores, contactar con otras asociaciones de la zona y nacionales, para ofrecer una propuesta coherente y razonable. Fruto de reuniones y discusiones, quedó meridianamente clara una propuesta mínima pero fundamental, a partir de la cual existían otras dos opciones más ambiciosas.

Tablas del Guadiana en Sancho Rey cerca de Ciudad Real, ¿por qué no proteger todas las tablas del Guadiana?

            La Ampliación Prioritaria, el punto de partida mínimo para cualquier ampliación, contra todo pronóstico, no entró en la declaración inicial del Parque Nacional, y más absurdo ahora que la mayoría de los Ojos están cobrando vida. Las previsiones oficiales (Plan de Cuenca), son las de garantizar su funcionamiento próximo, y, como lo fue antes, que ese caudal sea fuente y sostén de vida de todo el Parque Nacional. Esta ampliación se extendería a toda la llanura de inundación que va desde los Ojos del Guadiana iniciales hasta el actual Parque, o sea hasta su encuentro con el Cigüela. Toda esta área, quitando las amplias actuales zonas inundadas por el resurgimiento de muchos manantiales, es un área casi estéril, por estar surcada por grandes zanjas de drenaje, pero de fácil recuperación pero también, cuando no se encuentra anegada, es una buena zona esteparia con toda su fauna asociada. Toda esta zona es Dominio Público Hidráulico y aunque hace años, una absurda sentencia de un “presionado” tribunal extremeño dijese que al no haber río no había D.P.H., más tarde (1994), el Tribunal Superior de Justicia lo volvió a declarar Dominio Público.

Sí es verdad que ha habido años sin río, pero no debe volver a repetirse

            Esta gran llanura de inundación se encuentra parcialmente usurpada y se trata de una área inestable y peligrosa. Aquí todo tipo de poco comunes procesos geomorfológicos se están desarrollando tras la desaparición por combustión o extracción de las turbas, cuya desaparición ha alterado el conjunto de la circulación hídrica, ya alterada por las extracciones abusivas. Existen muchos canales de circulación subterránea del agua (pipping) que en ciertos puntos profundizan creando cuevas subterráneas bajo una débil capa de suelo; los niveles del acuífero al subir producen fuertes incrementos de la presión sobre esos suelos, suelos que a su vez tras cargarse de agua en las lluvias también pesan más. Para colmo, entreverados en los suelos aparecen lentejones de sales, margas o yesos que se disuelven y crean concavidades. El resultado es que, por una mezcla de distintos procesos tenemos una de las áreas más inestables física y geomorfológicamente de toda la península.

Una orilla totalmente inestable junto a un Guadiana renacido

            El fruto de todo este juego de diferentes procesos es la creación de numerosos socavones de diferentes proporciones y zonas de subsidencia superficial, creando una topografía totalmente diferente a la reinante antes del drenado de la región. Además, hasta ahora ha habido suerte porque los hundimientos han sido espontáneos, pero el peso de un tractor puede ser suficiente para que se lo trague la tierra en los momentos álgidos tras buenos períodos de lluvias. 
           Toda ampliación del Parque, y aún sin ella, solo por restablecer la lógica circulación hídrica, pasaría por la reversión de las acciones de drenaje realizadas en el pasado; algo tan simple como pasar una pala de bulldozer devolviendo las caballones al surco del que salieron esos materiales, o sea enrasando e igualando la superficie de la llanura de inundación.

El canal de drenaje sigue la línea recta aunque haya que cortar ladera, a la derecha el desborde del nuevo Guadiana

            Esta solicitada ampliación mínima pero prioritaria, trataría de garantizar el tema crucial de todo el ecosistema agro-ecológico, el mantenimiento de unos niveles de consumo de agua en consonancia con la producción agraria y con la salud de los ecosistemas, y tal y como contempla el Plan de Cuenca del Guadiana que por los Ojos mane una determinada cantidad de agua anual. Esto llevaría al mantenimiento de unas extracciones en concordancia con un nivel del acuífero en el inmediato entorno del nivel de funcionalidad de los Ojos del Guadiana iniciales.


Los pivots, junto con la viña en espaldera, son los grandes consumidores de agua manchegos

            Este nivel sería como un perfecto termómetro para el análisis de los consumos agrarios, y ahora que el nivel del acuífero se encuentra cercano a la superficie, sería el momento ideal para no tener que realizar esfuerzos por alcanzarlo. Hoy que con un solo vistazo de imagen de teledetección, se puede saber quien está regando y si lo hace más de lo permitido, solo con cumplir con la legislación que hasta ahora, siempre ha sido excesivamente permisiva con infractores y caraduras, se podrían mantener esos niveles extractivos para a la vez mantener unos ecosistemas acuáticos totalmente excepcionales.

Hundimientos circulares, a veces las dolinas así formadas pueden ser enormes

            Esta es la Ampliación mínima, pero la salud del Parque y la lógica continuidad de todo el ecosistema fluvial, nos llevaría a contar con las áreas aguas abajo del Parque y Cigüela arriba. El problema es el mismo, son áreas que fueron, como en la Ampliación Mínima, zonas muy valiosas, pero que por los drenajes y usurpaciones han perdido gran parte de ese valor.


Un Guadiana renacido, vista entre los Ojos y el molino de Molemocho

         Pero también son áreas muy fácilmente recuperables que además cuentan con un ecosistema, parcial, pero importante, como son las áreas salobres que tras años sin inundarse, o hacerlo solo parcialmente, se han ido salinizando y ha ido entrando una vegetación acorde a esas nuevas circunstancias ecológicas. (Suaeda vera, Microcnemum coraloides, Plantago maritima, Senecio auricula, Salsola soda, Frankenia laevis, Salicornia ramossisima, Blackstonia perfoliata, Centaurium tenuiflorum, etc..) Esto nos llevaría a contar con el río Cigüela, al menos hasta la depuradora de  Villarrubia de los Ojos (del Guadiana) y con el Guadiana, al menos hasta el sensacional castillo de Calatrava la Vieja.

Pequeños pero muy buenos saladares, entre el Parque y Villarrubia de los Ojos

            Pero no queda aquí la cosa, en contacto con el parque existen otras áreas de alto valor ecológico:
            - De entrada al norte y parcialmente al oeste, existen buenos encinares con escasas “manchas” de monte del vapuleado encinar manchego y que aquí se encuentra en toda su variopinta riqueza. (Quercus rotundifolia, Q. coccifera, Q. faginea, Rhamnus alaternus, Rhamnus lycioides, Genista scorpius, Ephedra nebrodensis, Litodora fruticosa, Bupleurum fruticescens, etc..)

Reconocibles por sus tonos anaranjados las formaciones dunares son rarezas geomofológicas y vegetacionales

            - Al noreste del parque se encuentran varias formaciones geológicas y geomorfológicas de alto valor. Primero un campo de dunas, de origen eólico, ahora con su dinamismo muy reducido, por causas naturales y por los cultivos. Estas arenas poseen aparte de su excepcionalidad una vegetación asociada específica de las arenas, la vegetación psammófila. (Artemisia glutinosa, Andryala ragusina, Malcolmia triloba, Linaria spartea, Rumex roseum, Loeflingia hispanica, etc..)

Restos de albardinales en una zona esteparia (los Ojuelos), entre lo yesífero y lo salino

            - Contactando al norte y a veces entreverada con lo anterior, se encuentra la zona denominada de los Ojuelos, una área que lo fue de manantiales que vertían al Cigüela, drenados de antiguo pero que han vuelto a asomar algunos ahora. Pero lo importante de esta zona es su carácter estepario al ser suelos con bastantes yesos y tendencia salina. Aquí aparecen escasas manchas de albardín (Lygeum spartum) y también especies en peligro. (Lepidium cardamines, Centaurium quadrifolium, Senecio auricula, etc..) Apenas están cultivados por este carácter salino y por su variable funcionamiento hídrico.

Una planta en peligro Lepidium cardamines, junto a Gypsophylla villosa

            Una conjunción de ecosistemas increíbles y representativos de lo que pudo ser toda la meseta sur. ¿En que otro Parque Nacional podríamos encontrar juntos un ecosistema fluvial, lagunar, salino, dunar y estepario? Es pedir demasiado que quede para la posteridad una muestra conjunta, en el centro peninsular, de todos estos ecosistemas que vieron nuestros antepasados y que nosotros estamos destrozando hasta su extinción. Por si aún se pudiera pedir más, todo el Guadiana está llena de importantes e incluso aún por descubrir, restos arqueológicos (Castillo de Calatrava la Vieja, motillas, molinos, puentes medievales, azudes romanos, etc..).

Vista de las tablas de Calatrava desde el castillo homónimo

            El Organismo Autónomo Parques Nacionales por fin lanzó su propuesta y, en efecto, ha sido un “apaño-ampliación”. Durante años la administración ha ido “comprando” a los agricultores a base de un dinero que es de todos. Ha habido planes de Compensación de Rentas, compras de tierras, compras de derechos de agua, Planes Especiales, trasvases, tuberías, subvenciones, etc. que han costado una verdadera millonada y que no han servido, al menos ecológicamente, para nada en absoluto. Este organismo se ha encontrado con una serie de fincas, (incluso se ha especulado con las fincas y los pozos), que ahora pretende dar salida en forma de una ampliación raquítica y llena de recovecos que apenas roza los nuevos ecosistemas antes esbozados y que no mete los Ojos del Guadiana en el Parque.

Garcillas haciendo carreras de ovejas en la llanura de inundación frente al castillo

            En vista de ello todo el movimiento ecologista, a pesar de que siempre es una buena noticia la ampliación de áreas protegidas, estamos en contra de esta ampliación y nos negamos a cualquier ampliación que no recoja, como mínimo, los Ojos del Guadiana dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, un parque que en justicia debería llamarse Parque Nacional de los Ojos y Tablas del Guadiana.


Si queréis alegar contra esta anémica ampliación, firmar esta petición en Change.org y pasarla a los amigos pues el plazo acaba el 25 de agosto. Gracias


Lee las alegaciones y propuestas de Asociación Ojos del Guadiana Vivos en el blog:http://parquedelastablasalosojos.blogspot.com.es



Por la costa occidental asturiana

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La costa occidental asturiana no tiene tanta fama como su hermana oriental, esta es caliza, llena de rincones y vericuetos, y mucho más llena de gente y construcciones y la occidental tiene una litología alternante de rocas duras (cuarcitas) y blandas (pizarras) que generan cabos las primeras y entrantes o pequeños golfos las segundas; a veces las cuarcitas en su ondulante sucesión crean una serie casi continua de cuevas y salientes que conforman tramos de costa abundantes en cuevas de mayor o menor tamaño.


 La mayor parte de la costa es accidentada y la mayoría de las playas son de cantos o entreveradas con cantos pero de una belleza casi inalterada por un uso aún casi más pesquero que turístico. Entre esta noción general, aparecen escasas playas arenosas de una belleza incontestable, coincidiendo, las más de las veces, con arroyos o ríos que desembocan en ellas, aportando al paisaje de costa marino un pequeño estuario y una área de dunas, en la mayoría de los casos estabilizadas por plantaciones de pinos.


La costa accidentada no se queda en la frontera tierra-mar, el mar se llena de islotes de diversos tamaños y las mareas cambian el paisaje hasta niveles difíciles de imaginar.


En el extremo cercano a Galicia, enormes peñascos aparecen en el centro de algunas playas, como en Peñarronda que como indica el nombre, tiene una isla rocosa en medio de la playa, hasta con una cueva para atravesarla en marea baja; en el extremo occidental, antes de llegar a Cudillero y pasado Cadavedo, el mar se llena de enormes rocas como dados, dejados al azar en una partida inconclusa.


Si como nos pasó, se coincide con una fase de luna llena, los ya de por sí fuertes contrastes mareales, se ven exagerados por las mareas vivas. Entonces el cambio de paisaje es aún mayor, el cambio puede pasar de no haber playa, a encontrar una playa enorme y variada. Tal es el contraste y la belleza de un mar tan anormalmente bajo, que incluso teníamos la costumbre de bajar a la orilla con la marea baja en plena noche, entonces la irrealidad del paisaje se tornaba onírica, una luna llena esplendorosa iluminando las arenas y creando un contraste enorme con las negras rocas, unas en la orilla, otras en el mar pero emergiendo mucho más de lo acostumbrado.


Afortunadamente, algo tarde, pero ya se van respetando los arenales de la  post-playa, un ambiente rico en plantas especialmente adaptadas a vivir en esas, ya algo menos, móviles arenas. La clásica zona donde se instalan los chiringuitos y aparcamientos y que es el paso obligado para ir de los coches al borde del agua, ahora en muchas playas se ve surcada por pasarelas bien repartidas que canalizan el trasiego y atenúan la presión a la que sometemos a unas especies que tienen francamente difícil recuperar el terreno perdido a no ser que se las ayude.

Euphorbia paralias una de las especialistas más playeras

El interior está formado por un planicie a unos cincuenta metros por encima del mar, la “rasa” costera, surcada por todas partes por las grandes vaguadas de los arroyos y ríos que bajan de las cercanas montañas al sur. La rasa está totalmente cultivada, aunque el cultivo que más auge toma es de las segundas residencias, aunque de una forma dispersa y autónoma. Las vaguadas son casi terreno exclusivo de pinares-eucaliptales y un agresivo matorral de lacerantes tojos.
  
La vegetación natural se acantona en el borde de los cursos fluviales

Para ver la vegetación natural hay que acudir a algunos barrancos tan verticales que no han podido entrar las máquinas o mirar los retales de los setos de bordes de prados y cultivos. La presión de las plantas invasoras que a través de la jardinería han ido saltando de los chalets al campo, empieza a ser preocupante, aunque no tanto como en el norte de Portugal o en Santander-País Vasco. Es muy frecuente encontrarse los gladiolos naranjas (Crocosmias), las uñas de gato del Cabo (Carpobrotus), el amor de hombre (Tradescantias), las campanillas azules (Ipomoeas), las capuchinas (Trapaeolum) y los plumeros de la pampa (Cortaderias) y algunas más, pero el auténtico problema son los eucaliptos en unos montes monocultivados, donde apenas se puede entrar, por los tojos, y mucho menos disfrutar. 

"O abó", el abuelo, el eucalipto más viejo de España

La cercanía a Galicia me llevó a visitar los árboles más altos de España que no son nativos sino los padres de los invasores de Galicia. Eucaliptos, unos eucaliptos enormes, de los que no cambian las proporciones sino la altura, su imponente tamaño que en ejemplares pasa de los ochenta metros, pero que, a ciencia cierta, no se sabe exactamente cual es el más alto. Estoy seguro que el mayor fue alguno de los gigantescos tocones que vi por el camino. El resto del paisaje gallego que vi me decepcionó más que el asturiano, quizás porque esta parte de Galicia es más montuosa y menos pastoril que la asturiana, y aquí el eucaliptal se sucede monte tras monte en todas sus fases, desde la de la del retoño al maderable.
  
Antes de cortarle debió ser uno de los más altos de España

En Lugo puede que la costa esté un poco más saturada, pero las playas de buena arena y el reclamo de la playa de las Catedrales hacen que así sea. La playa de las catedrales está muy bien, pero las numerosas playas por toda esa zona no la desmerecen en absoluto, tan o más sorprendentes pero menos visitadas. Bueno cualquier cosa es menos visitada en comparación, porque no sé si el Sardinero montañés o la Concha donostiarra tendrán más visitantes. Pero aprovechando la luna llena la disfrutamos cerca de la una de la madrugada, pero ni por esas, también había gente, no tanta como de día  pero fue un placer. 





Alguna salida al interior, a ver a los amigos de la montaña en Redes, ya en el cercano límite con León y tomar un “baño de bosques” y también a ver las Hoces del Esva, fueron las excepciones a unos días de playa y costa. En una envidiable rutina de playas, atardeceres, mareas bajas y baños; baños de belleza, como lo eran cuando el sol se ponía o nadando despacio en ríos en medio del bosque antes de su desembocadura.


Laguna de Alcolea – Por fin una magnífica noticia

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A la derecha la cañada y el caballón del canal de desague con carrascas. Al fondo brecha de salida del agua


            Ya he hablado aquí sobre esta magnífica laguna volcánica, sobre su belleza y sobre sus problemas a pesar de ser Monumento Natural, la magnífica noticia es que ahora mismo está siendo restaurada por la Junta de Comunidades. Acabo de ver a un bulldozer trabajando en la desaparición del lamentable canal de drenaje que bordeaba todo su perímetro. Ahora la laguna cogerá la amplitud que le corresponde naturalmente, sin ningún obstáculo artificial.

Laderas cercanas de un variado monte mediterráneo de carácter térmico (lentiscos, coscojas, acebuches, etc.)

            Ahora, como en toda laguna temporal, solo falta que llueva; ya lo ha hecho hace poco y de forma torrencial, parecía que septiembre se iba de rositas, “secando las fuentes” como dice en su primera alternativa el refrán, pero en los tres últimos días del mes cayeron unos cien litros, con un reparto tipo lotero, pero por lo asurcado del mantillo del suelo en los piedemontes cercanos, se ve que aquí cayó bien, además el enorme canal de drenaje excavado en la roca para desaguar la laguna, todavía tenía bastante agua.

Ladera arroyada por el chaparrón de finales de septiembre

            Esta laguna que en propiedad debería llamarse la laguna del volcán de Peñarroya, por encontrarse al pie de dicho volcán y haber sido originada en relación al mismo evento geológico. También tiene el sobrenombre de laguna de las Maestras, porque no hace mucho tiempo perteneció a la familia de unas maestras que había en Alcolea. También, a pesar de lo que rezan algunos mapas oficiales, esta laguna pertenece al término municipal de Corral de Calatrava aunque esté cerca de Alcolea de Calatrava. Pero siempre han sido los vecinos de esta localidad los que más se han movilizado y su ayuntamiento quién más ha presionado para llegar a este feliz desenlace.

Las rocas volcánicas de la cumbre del Peñarroya hacen honor a su rojo nombre

            Hace unos días dando una vuelta en bicicleta para echarle un ojo a la laguna. Subí desde el arroyo de la Zarza, donde está una de las mejores áreas de corazas ferromagnesianas del Campo de Calatrava, una roja y durísima formación rocosa de bloques de todo tipo empastados en una matriz ferro-magnésiana, originada por fuentes hidro-termales producto de un vulcanismo de baja actividad. Poco después atravesé la parte final de las coladas de lava que del Peñarroya se dirigen hacia el sureste, una zona temible con suelo mojado, pues se forma un barro fatídico, más parecido a un pegamento que se va adheriendo a calzado o a las ruedas y que acaba atascando a quien lo atraviesa.

Rocas formadas por la coraza ferromagnesiana resaltando en el paisaje

            Finalmente dí vista a la laguna y oido a los ruidos de la maquinaria y comprobé asombrado que casi todo el borde de la laguna estaba modificado, había desaparecido el caballón que aislaba la laguna para desviar perimetralmente el agua. Ahora solo se veían las huellas del bulldozer que en un movimiento oscilante de idas y venidas de forma radial a la laguna, había hecho desaparecer el surco y el caballón.

Me encuentro con el camino interrumpido por la labor de la máquina, pero ya no hay canal

            En ese margen de maniobra también había desaparecido el camino paralelo al canal, pero la última vez que pasé por aquí, con agua, tuve que ir por la hierba fuera del anegado camino. Si ha desaparecido es por una buena causa y ya el uso hará el camino por donde más práctico sea.

Reverdecida por las últimas lluvias, al llegar salió volando una bandada de avefrías

            Por la parte occidental de la laguna transita la Cañada Real Soriana al pie del monte, ahí todavía seguía faenando la máquina. Ahora veía cortadas una anacrónicas chaparras que habían nacido en el caballón, con los pies siempre por encima del agua. La mayor podría llegar a tener unos 25 años, lo que da idea del tamaño del caballón o lo que es lo mismo, de la profundidad del canal.

La mayor encina que fue capaz de vivir en el caballón entre el canal y la laguna

            Ahora la laguna podrá extenderse hasta la cañada y las encinas tendrán que instalarse lejos de los niveles máximos de la laguna y no en artificiales caballones. Las grandes y viejas encinas al pie de la umbría de esta serrezuela de las Medias Lunas que ya existían antes del drenaje perimetral y el “gran cañón” artificial que enviaba el agua al Guadiana (cortando el collado que separaba ambos valles), llegan hasta el llano del vaso lagunar y marcan el antiguo nivel medio de las máximas crecidas de la laguna, en su ancestral pugna entre lluvias y evaporaciones.

Desagúe de toda la laguna, al fondo montón de tierra del cierre del canal perimetral

            Investigando un poco me dijeron que esto era fruto de la presión constante ejercida por el ayuntamiento de Alcolea junto con colectivos ecologistas y particulares a la Junta de Comunidades por redondear una protección que clamaba al cielo porque, si no la más bella, una de las más bellas de todo el gran conjunto lagunar de los cráteres explosivos del Campo de Calatrava, se encontraba en ese estado tan cercenado y polémico a pesar de ser Monumento Natural. Sí que ha habido presión y la Junta era proclive a una restauración, pero los tiros han venido de rebote, y aunque alguien haya salido ganando más, sin duda hemos ganado todos.

Magníficos acebuchares en la bajada de la laguna hacia el Guadiana

            D. Pedro de Borbón y Dos Sicilias, no sé si en su nombre o como gestor e intermediario de otro terrateniente, adquirió la laguna a sus antiguos propietarios con vistas ha realizar una permuta de unos terrenos públicos, (un pinar sin gran valor) en la finca de El Tocón en Almodóvar del Campo. Permuta que vio con buenos ojos la Junta y que realizó con prontitud, al igual que ha tardado poco en iniciar la tan necesaria restauración.

La cicatriz de la desparición del canal se borrará en cuanto llueva y crezca la hierba

            Este es un ejemplar precedente de la reversión de una situación anómala a su estado natural, en un par de días y por muy poco dinero, una máquina borra por completo los canales de drenaje de una laguna. Canales que nunca se debieron haberse hecho, ni haber cortado la montaña para desaguar, ni haber hecho una “mina” para desempeñar el mismo cometido. Cuanto dinero se habrá invertido en destrozar un pequeño paraíso para poner en producción cerealista de secano y con descanso en barbecho, unas tierras que cuando no había sequía había exceso de agua y que casi valían más como pastizal natural.

Las encinas del fondo, en la umbría, marcan el probable límite máximo de la laguna

            Esta laguna es una joya botánica y faunística como muchas otras en la vecindad, desde los antediluvianos Tríops (mini cangrejos de herradura), a la escasísima planta acuática Damasonium polyspermum, de fructificaciones estrelladas, pasando por toda la gama de aves lacustres y de paso (avocetas, cigüeñuelas, anátidas, avefrías, cigueñas blanca y negra, etc.).

Rara y estrellada Damasonium polyspermum en la que puede ser su localidad más norteña

            Ha quedado demostrado lo fácil que es si hay una mínima voluntad, en teoría todas las láminas de agua, aunque sean estacionales, son Dominio Público Hidráulico, no concibo como la mayoría de ellas están en manos privadas, aún habiendo sido promovidas a Monumento Natural por la Junta de Comunidades. Es fácil, son muy pocas hectáreas y sustentan paraísos de biodiversidad y son auténticas y bellas “almas del paisaje”, aparte de pertenecer al acervo cultural de todos los habitantes del Campo de Calatrava.

Un par de días de bulldozer bastaron para revertir una lamentable historia de  décadas

          ¿Para cuando el resto de las cercanas lagunas calatravas?, como la del Bú cerca de Alcolea, la de La Camacha, entre Picón y Alcolea, la de Valverde, entre este anejo y Alcolea, la del Lucianiego, en el collado antes de bajar a Piedrabuena, y un largo etcétera algo más alejadas y, como clamaba en otra entrada, con lo perpetrado a todo el cauce inicial del Guadiana, ¿para cuando el relleno de todas sus zanjas de drenaje?

Camino del Quijote, Cañada Real y Camino Natural del Guadiana, todo pasa por la laguna


            Dios quiera que llueva, que todos veamos una laguna de Peñarroya pletórica de vida y, por qué no, unos Ojos del Guadiana Vivos. No hace falta tanto, con que llueva lo que climatológicamente es lógico, podríamos verlos manar y llenar de vida estas sedientas tierras.

Restaurado puente de Las Ovejas en el cercano Guadiana

Paseo con Amable y visita a Redes

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Bosques de hayas y fresnos, y bosquetes de espinos, tejos y acebos en la cara este de Peñamayor

              Visita por tierras asturianas de cacería de colores otoñales y a saludar a algunos amigos. Uno de ellos, el más “joven” va camino de los 94, es Amable Vallina González, el pastor de tejos de  Peñamayor y de todos los que tiene plantados por aquellos pueblos y aldeas, del que ya hablé en otra entrada del blog. A pesar de que ya va notando su edad, sigue dándose sus paseos a vigilar los tejos de las peñas e incluso sigue planeando nuevas plantaciones, como me contó, quiere sacar uno de los mayores de su vivero para plantarlo, creo que en la ermita de San Antonio de Piloñeta, pueblo al que tiene un especial cariño.


Exceptuando algunos acebos, casi todos los árboles oscuros son tejos 

            Últimamente cuando da paseos demasiado largos, tiene por la noche calambres que le hacen saltar de la cama, así que nos dimos un paseo corto, fuimos por Fayacaba, no muy lejos de la fuente del Jueyo, donde como él dice, “el que pasa y no bebe, tiene más fame que sede”, luego pasamos el collado de Peñamayor para dar a Les Praeres y de allí al collado de Cobayu. Desde allí fuimos por unas buenas campas al pie del Texeu que hace honor a su nombre, pues las pequeñas manchas boscosas, allí donde lo permite el lapiaz de blanca roca caliza, están llenas de tejos mezclados con acebos, espinos y algunas hayas, pero éstas solo donde la profundidad del suelo lo permite.


Al borde de los "joyus" kársticos los tejos no tienen competencia

            Seguimos hacia la mayada de Anes hasta llegar a la roca emblemática que corona los pastos, el Pegoyón de Anes. De camino, los pastos al pie del lapiaz están llenos de grandes "joyus", simas a través de las que escapan las aguas de escorrentía; también en medio del pasto aparecen grandes “desconchones” de céspedes almohadillados debidos a las aguas rezumantes que se congelan en invierno y solifluyen por la ladera, como si de un campo levantado por jabalíes se tratase. Al borde de esos joyus, en los sitios más inaccesibles, es donde aparecen algunos de los mayores tejos, aunque afortunadamente hay muchos viejos tejos viviendo por estas laderas del Texeu.


Céspedes reptantes por la solifluxión en rezumaderos de la mayada Cobayu

            Amable echa mano de su buena memoria y enumera, casi saboreándolo, supongo que aderezados con sus recuerdos, los nombres de los picos, pueblos, majadas, cabañas, fuentes que se ven desde estas alturas: mayada la Breza, Llagos, Xamoca, Tozo, La Marea, Pileñes, Espinaredo, etc.


Amable tardó un rato en relatarnos los nombres de picos, pueblos y "mayás" de este paisaje

            De camino vamos viendo en los prados los escasos árboles que aquí están muy expuestos al ramoneo o al trato con el ganado  y la caza. Amable me explica que las vacas buscan la sombra y sestean al pie del árbol, apisonando y excavando el pie del árbol, que los venados afilan y pulen su cornamenta contra el tronco y que el árbol resiste todo lo que puede luchando por no morir.


Amable contemplando la resistencia de este acebo al acoso de los herbívoros

            Vemos varios árboles en el límite de su resistencia, acebos casi pelados, tejos heridos por el rayo, incluso vemos un gran espino caído pero que ha enraizado alguna rama y que crece de nuevo a pesar de tener casi todas sus raíces al aire. Amable lo examina y entiende su lucha por sobrevivir como si fuese un amigo que también ha tenido que pasar por ese tipo de trances.


Espino enraizando de nuevo tras ser tumbado por el viento

            Amable no deja de agradecer las visitas y los buenos recuerdos que tiene, de su amigo Ignacio Abella, de Mercedes, de los trabajadores y especialistas en poda y arboricultura (TREPA) que le homenajearon hace un par de años con una placa que, con muy buen criterio rezaba: “Para nuestro amigo Amable Vallina González, plantador de árboles y cultivador de amistades”.


Su única "debilidad": los grandes tejos

            Escuchándole enseguida se comprende que ha tenido una vida llena de vivencias, entró en la mina por debajo de la edad legal permitida, jugándose su trabajo, el de su padre y el del capataz que se lo permitían, y salió de ella con un premio por la cantidad de años trabajados y otro premio indeseado, una silicosis de la que gracias a su vida sana, rioja incluído, y a sus caminatas, ha ido superando.


El Pegoyón de Anes, detrás Carlos y Amable

            Amable tiene una mirada relajada, intensa y comprensiva que hace honor a su nombre, una mente prodigiosa que mima sus recuerdos, relata artículos y lecciones del código militar de sus años de guerra civil, sabe los nombres de casi todos los que le trataron, el lugar donde se encuentra cada tejo, los nombres de los accidentes geográficos, de las majadas y de sus dueños. Sólo lamenta el día en que no le permitieron seguir conduciendo y cazando. Se ve que su vida está, como él dice del ensamblaje de las cosas de la naturaleza, “muy bien armada”.


El macizo del Corníon desde Peñamayor

            Este puente de los Santos ha estado bien regado y no he podido andar todo lo que yo hubiera querido, además no parece buen año para “cacerías de colores otoñales”, este año no ha habido frío y el verano fue muy seco. Los árboles están todavía muy verdes y muchos tiran la hoja o la envejecen sin pasar por la paleta de colores otoñales.


Bosques por debajo de Melendreros, frente a Castañera en Bimenes

            Vamos a una de las partes altas de Redes y allí, en las umbrías parece que tienen más color las hayas, los abedules tienen pocas hojas y los cerezos tampoco, y sin “encender”; quizás sean los robles albares los que más color dan al bosque, además son los más abundantes en ese tumulto de laderas entre los que pasean los retales de nubes de un día bellísimo de comunión de aguas y tierras.


Bosques de redes acariciados por las nubes

            Los chaparrones son continuos e intensos, desde la antojana de la casa de Mariano el paisaje no tiene desperdicio, incluso mientras comemos una paella de setas recién cogidas, rabio de no poder hacer fotos de las imágenes que estoy viendo desde la improvisada mesa.



            Las nubes avanzan o retroceden, lo tapan todo o llenan de flecos nubosos rincones del monte, en un continuo cambio de paisajes, dando relieve a montes que antes parecía que no eran tales, resaltando o disipando las formas, en un silencioso y rítmico baile entre las nubes y el bosque.



            Solo por este rato, viendo las nubes acariciar los montes, ya ha merecido la pena la paliza de viajes. La montaña no defrauda y si encima disfrutas de la compañía de amigos como Rosa, Mariano, Carlos, Goyo, Marisa, Joel o Paula, y junto a Irene y las chicas, sigue mereciendo la pena el esfuerzo.



De paseo por Berlín

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        Salgo de mis temáticas habituales y dedico esta entrada a la ciudad de Berlín, por un reciente y rápido viaje. Berlín, como nos decían los españoles que por allí encontramos, no es Alemania. Alemania es cuadrada y Berlín es redondo. Alemania es ordenada, seria y cerrada, Berlín tiene algo de esto, pero reúne una buena dosis de todo lo contrario.


           Berlín es una capital símbolo y un símbolo del capital. La caída del muro significó a las claras la caída del modelo comunista, de un Erich Honecker empecinado que se obstinó absurdamente en contrariar los deseos de “su pueblo”. Pero Berlín era otra cosa, si era un símbolo, era un símbolo de una ciudad re-unida, festiva, con o sin medios, había mucho nuevo por hacer. Media ciudad se dedicó a buscar nuevas vías, el comunismo y el capitalismo como lo habían conocido ya no valía.


      Comenzó una ocupación pacífica de muchas fábricas reconvertidas, la pintura callejera, no fue el grafitti, la pequeña escala, ahora era pintura a escala monumental, urbana; y también fue el diseño de nuevos edificios, de nuevos barrios, eran muchas influencias cosmopolitas reunidas en una sola ciudad. Muestra de este arte es que la pintura ha salvado del derribo buena parte del muro de Berlín en lo que hoy es la East Side Gallery.


           Berlín fue una ciudad tolerante y tolerada, se invirtió en ella, se permitió la corriente casi magnética que atraía a gente de todo el mundo, la inmigración económica, la artística, la libertaria, la musical, etc. Un perfecto caldo de cultivo para ensayos sociales, artísticos, arquitectónicos o musicales.


           La maquinaria económico-legal, continuó también su ritmo, sin avasallar, pero imparable. Hace años los berlineses que viajaban a Madrid alucinaban con que el precio de la vida fuese aquí más caro y los alquileres exorbitantes. Ahora el precio de una ciudad en constante reforma e inauguración empieza a pasar factura a sus habitantes. Los alguileres ya no son lo que eran, ya son parecidos a la exageración hispana y la vida es más cara.


           El turismo empieza a ser más de masas que alternativo-cultural, la policía más abundante, los locales “okupables” cada día más escasos y los ya okupados van volviendo a sus antiguos inversores poco a poco, lo que no ha cambiado es el espeso paisaje de gruas.


           Berlín sigue, casi en progresión exponencial, de obras, y va completando-restaurando una ciudad preparada para estar en el elenco de esas capitales mundiales que se pueden contar con los dedos de una mano. Va camino hacia una ciudad poderosa, desmesurada, representativa del poderío germano y por ello cada día menos habitable, menos sensible y más cara.


        Pero no deja de ser un Berlín de los berlineses, y cuando ellos no están de acuerdo, no se callan y se hacen notar. Tantos años de ruina, de trabajo, de división, de darle vueltas a los modelos sociales y humanos, no pasan de la noche a la mañana.


            Un modelo de transportes ejemplar, basado en la responsabilidad y confianza de los berlineses, con toda la gama de transportes públicos posibles solapados en la misma superficie urbana, (tren, metro, tranvía, autobús, taxi y barcazas). Además el sistema de billetes hace que todos los transportes se puedan intercambiar o repetir, sin tener que pasar por tornos o controles, lo que imprime agilidad a los desplazamientos, al principio complicados, pero muy accesibles.


           En el transporte privado, el coche no es muy popular y las velocidades son bajas respecto a otras capitales; existe una preponderancia enorme de la bicicleta. Bicicletas de todas las épocas, de todas las mecánicas posibles, con todos los diseños posibles, que incluso llegán al taxi-bici de diseño, tanto en plán “rave electrónica”, como de taxí hindú. Si la mitad de los ciclistas berlineses cogiesen el coche o lo público, tendrían una ciudad más colapsada que Madrid o Roma.


        Los edificios institucionales presumen de apertura y espectacularidad, abiertos a una continua programación de actividades y lucimiento. Ejemplo paradigmático de ello es su parlamento, tan espectacular como transparente, el orgullo de presentar a la vista de todos unas instituciones de las que los alemanes presumen.


           Los mejores arquitectos del mundo tienen aquí alguna que otra obra. Los ensayos arquitectónicos más originales, llegan a todos los presupuestos y funcionalidades, aquí estamos muy cerca de la filosofía ”ikea” de la vida, diseño original y funcionalidad.


            Paseando por la calle se pueden contemplar edificios en apariencia normales pero con todas sus ventanas descentradas o con diferente grado de resalte, incluso edificios con las fachadas falsamente basculadas. En lo moderno y caro destaca el uso de cristalería, aislante del frío y transparente a la luz, a una luz que se les escapa y que valoran tanto que son capaces de venir a sufrir nuestra costa con tal ganar horas de luz como para iluminar, con su recuerdo, sus oscuros inviernos.


            Me llamó mucho la atención, supongo que a pocos se les ocurre, el tema energético, la enorme cantidad de energía que requiere una ciudad tan grande, tan fría y tan comunicada. La eficiencia seguro que es muy buena, pero la energía mínima necesaria me parecía ingente, intuyo una descompensación entre el modo de vida y las posibilidades de suministro. Supongo que es un tema extrapolable a todo el mundo y por supuesto, a Madrid. Quizás solo sea filosofía del “¿ande vamos? Pero me salió así de pertinente, igual que me ví a los alemanes, inteligentes e interesantes, también, (aquí yo desde mi enorme superioridad?), algo perdidos, aquí en una ciudad con tan pocos viejos y menos niños.



           Hay mucho que aprender de ellos, y no es un tópico, los tiempos no están como para dejarse llevar por la corriente inducida de fuerzas que nos empujan al desastre. Dar valor al trabajo, la lógica y la eficiencia e intentar ligarlo al disfrute de nuestra vida social e individual, como mediterráneos que somos, parece un asunto de la mayor importancia, y si esa idea podemos hacerla asumible por todos, iremos enderezando nuestro oscuro camino.



Arte urbano en las paredes de Berlín

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                  Aquí van una serie de fotos robadas a la ciudad de Berlín, generosa en pintura callejera de cualquier tamaño y formato. Incluído también el famoso Berlin Mauer.











































































Marcha por la inclusión de los Ojos del Guadiana en el Parque Nacional

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            El domingo 17 de noviembre he participado en una marcha reclamando la inclusión de los Ojos del Guadiana en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. La marcha se ha realizado, a pesar de las inclemencias meteorológicas, por los iniciales Ojos del Guadiana, algunos con agua retenida pero no corriente, es decir, aún no es el agua del acuífero inmediato, sino del “aluvial”, el de la capa superficial impermeable.


Sembrado (D.P.H.) en el que se encontraba uno de los primeros Ojos del Guadiana

          La mañana amaneció bajo cero con una espesa niebla que afortunadamente se fue disipando poco antes de la hora de la cita: a las diez de la mañana, la previsión era de lluvia débil que aumentaría en intensidad con el trascurso del día; ese día la máxima no llegó a los cinco grados, o sea, el más frío del año.


Una lección de historia y también de lo que nunca se debe volver a hacer, a cargo de Conce

             A pesar de todo, y sabiendo que mucha gente se echó para atrás, sobre todo aquellos que venían con niños, poco más de cincuenta personas nos dimos cita. El motivo era reivindicar la corrección de un monumental error histórico, la no inclusión el día de la creación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, de su fuente primigenia de agua y vida, los ancestrales Ojos del Guadiana. Este error acaba de ser clamorosamente reiterado con la no inclusión de este tramo de los Ojos en la reciente ampliación del Parque Nacional.


Cambios del pasado a la situación actual en los Ojos del Guadiana a través de la fotografía aérea

            La ampliación ha ido por otra parte, desoyendo a todas las voces autorizadas, se trataba simplemente de incluir las fincas compradas desde hace años, teóricamente para evitar consumos de agua en la vecindad del Parque. Compras bajo sospecha de especulación intencionada, compras con dinero público (mío y de usted), que no han aminorado prácticamente en nada, los elevados consumos de agua que aún persisten. La ampliación ha esquivado áreas de enorme riqueza y mayor potencial ecológico, incluyendo un mínimo inexcusable, el Dominio Público Hidráulico del Guadiana y Cigüela que increíblemente se encuentra sin deslindar todavía.

Aquí se puede apreciar por el tono oscuro del suelo, lo que fue zona inundables y por lo tanto D.P.H.

            La promesa está lanzada al aire, en cuanto se deslinde el D.P.H. se añadirá al Parque. El razonamiento parece simple y más con la facilidad que da la teledetección para saber cuales son las potenciales superficies inundables, pero será todo lo complicado que las autoridades quieran. Parte de los terrenos están usurpados al río; hace unos 30 años cuando dejó de salir agua por los Ojos, debido a las presiones de los extractores de turba, un juez extremeño dictaminó que el Guadiana no existía y que como no había río, las tierras eran prácticamente ocupables. La chapuza del leguleyo fue revertida en 1994 cuando finalmente el Tribunal Supremo dictaminó que aunque no existieran aguas superficiales, toda esa zona seguía perteneciendo al D.P.H.

Las rocas de limpieza de las viñas han ido sistemáticamente al D.P.H. y a rellenar Ojos y socavones

            Algunos avispados agricultores y propietarios colindantes fueron cambiando las lindes y se metieron donde no debían, algunos hicieron inversiones fomentadas por las administraciones, otros incluso pasaron los tractores sobre ruinas arqueológicas para instalar riegos o para destruir posibles hallazgos, no fuera que les expropiaran. Los políticos castellano-manchegos siempre han solido ser, de un signo o de otro, marionetas de los intereses locales (agrarios), pasando por encima del interés general.

En el centro del valle una aislada "motilla" cercenada lateralmente por un tractor

            La agricultura pasó hace años de ser casi una esclavitud a ser un trabajo subvencionado por la misma Europa que “tira” el dinero para que se puedan conservarse los humedales manchegos, un caldo de cultivo perfecto para la picaresca, y los agricultores manchegos serán de pueblo pero de tontos no tienen un pelo, aunque han estado a punto de regar con lo peor del “culo” del acuífero, lo que podía haber significado el desprestigio total de los productos producidos en toda la región.

Conce nos habla sobre la vida antaño, en esta desvencijada casilla de pescadores

            La marcha fue aderezada por las continuas paradas para escuchar las explicaciones sobre los lugares por los que pasábamos, gracias, principalmente a las enseñanzas de Conce, el veterano cronista de la ecología y arqueología de Villarrubia de los Ojos, que con sus explicaciones apoyadas por sus propias vivencias, investigaciones y comentarios de furtivos del detector de metales. 


La marcha trascurrió de la esquina sup/dcha. a la península (Toriles), cruzando la línea blanca del puente-dique. Foto áerea con un Guadiana naciendo en los Ojos (puntos negros en la zona oscura), como el Ojo de la Señora rodeado con un círculo rojo.

             Nos habló de los charcones que veíamos en los lugares de menor cota, de los Ojos de Marilópez, de los Ojos de la Señora, de los pescadores y cangrejeros, de los intentos de cultivo de arrozales, de los trabajadores de la turba, pero sobre todo, y gracias al interés que mostramos todos, la excursión derivó hacia lo arqueológico pues estábamos exactamente en un centro neurálgico de nuestra historia antigua.

Afloramientos de agua en la llanura de inundación, al fondo la loma de la ibérica Los Toriles

            Aquí en los Ojos tuvo lugar, entre otras batallas, aquella en la que murió el caudillo cartaginés Asdrúbal Barca. Esta zona está plagada de “motillas” unos singulares asentamientos ibéricos, ubicados en el llano pero casi siempre rodeados de lagunas, algunos defendiendo pozos, otras defendidos por las aguas. Pero a esa cultura que copó prácticamente todo el llamado “bronce manchego”, una cultura pacífica de numerosos pequeños núcleos sin fortificar, llegó Cartago y la guerra. Se han encontrado incluso restos de un elefante entre la turba de los Ojos, aparte de una ánfora llenas de “óvalos”, la moneda cartaginesa que se supone era la paga de los soldados, es “el tesorillo de Villarrubia”.



            A partir de estas explicaciones éramos muchos los que no dejábamos de escudriñar el suelo, los hallazgos eran contínuos y Conce los catalogaba enseguida: terra sigillata, cerámica de barniz negro, ibérica con decoraciones, asas de ánfora, etc. Esta claro que esta zona es valiosa y más que lo podría ser ecológicamente hablando, pero arqueológicamente, todo lo que hay entre Alarcos y los Ojos (propuesto como Parque Nacional), podría ser lo más valioso de Castilla la Mancha, si se pusiese en valor, se protegiese y se excavase.


Tramo inicial del curso del Guadiana, ahora sin agua

            Cruzamos lo que debió ser el Guadiana inicial por una especie de presa-puente de grandes dimensiones que unía las dos orillas, hacia el oeste el valle se hace mucho más amplio y recogía las aguas de otros ojos, alguno del norte pero la mayoría de un ramal más al sur. Levantamos grandes bandadas de anátidas en los charcones y tablizos que aparecen un poco por casi todas las áreas más deprimidas.

Atravesando el puente por la parte derruida tras el paso subterráneo del incendio de turba

            Sobre el puente, reforzado en sus extremos, pero con grandes hundimientos provocados tras los incendios de la turba que había bajo la superficie, había varias teorías y casi todas confluían en que al otro lado debía haber una gran ciudad. La teoría de un gran cruce de caminos, la de conseguir hacer de foso, la de represar para nivelar las aguas para ser subidas a la ciudad por algún ingenio; etc.


Grullas sobrevolando Zuacorta y el lecho inundable del Guadiana

               Todo según los participantes más versados en arqueología, apuntaba a que cada vez hay más pistas de que nos encontramos frente a la mayor ciudad romana de la meseta sur, la ciudad perdida de Laminium, a la que se atribuyen varios enclaves, hasta ahora el más consistente Alhambra, al este de Ciudad Real, pero que los actuales estudios ubican aquí en los Ojos, como sucesora de la ciudad íbera de Los Toriles. Punto al que nos dirigimos, tras comprobar que la lluvia probablemente se mantenga tan débil como hasta ahora.

Subiendo la loma de la ciudad ibérica de los Toriles

            Al dirigirnos a la loma de los Toriles, nos damos cuenta, al igual que el gran bando de grullas que allí estaba, del magnífico y estratégico lugar que ocupa. Es una pequeña península rodeada al norte por un Guadiana naciente y al oeste y suroeste por otro brazo de río proveniente de otros Ojos, los llamados del Sordico, del Pico y del Rincón.

Al subir la loma espantamos un gran bando de grullas

            Desde aquí arriba estamos casi rodeados de tierras bajas llenas de charcones donde se concentran los bandos de anátidas, es una pena el otoño tan seco que estamos teniendo, si hubiera llovido lo que debe muy probablemente estaríamos a punto de ver todos los Ojos del Guadiana manando y una mayor área inundada y el río circulando de verdad, como lo hacía hace más de treinta años.

Gran bandada de diferentes tipos de patos en charcones sobre el antiguo lecho del Guadiana

            Aquí en este punto culminante se dio lectura al Manifiesto por la Ampliación de las Tablas hasta los Ojos del Guadiana abogando por la recuperación de los Humedales Manchegos y como ejemplo, el de estas renacientes tablas fluviales, un paraíso perdido pero recuperable; y que mejor momento que este, en el que el Guadiana lleva varios años corriendo y los humedales se encuentran en buen estado general.


            Desde luego que la ampliación propuesta tras los estudios de Ojos del Guadiana Vivos, no se limita a la inclusión del D.P.H. hasta los Ojos, sino que es la opción mínima aceptable, la verdadera ampliación sería aquella que metiera en el Parque Nacional, aparte de 1.- todas las tablas fluviales en buen estado o fácilmente recuperables del Guadiana, desde sus Ojos hasta la desembocadura del Jabalón y esos hábitats casi desterrados de la llanura manchega, como son 2.- las zonas estepario-yesíferas, 3.- los hábitats salinos, 4.- los encinares en buen estado y 5.- los campos de dunas. Qué menos que tener una buena muestra en la que aparezcan reunidos todos esos valiosos hábitats que hemos ido haciendo desaparecer y que nuestros descendientes nunca conocerán en estas tierras.


La foto en blanco y negro está tomada de la web: tablasdedaimiel.com de visita obligada si se quiere estar al día de lo que concierne a la ecología e historia de Daimiel. 
La foto 3ª, de Conce aleccionándonos está tomada de la web de EEAA.

Los Mestos

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           Mesto es el nombre que en el campo se le ha venido dando desde antiguo al árbol híbrido entre dos especies, estando este nombre casi reservado, por la frecuencia con la que ocurre, a los híbridos del género Quercus (aquellos árboles -o arbustos- productores de bellotas). Por su singularidad y por diferenciarse del resto de árboles, a veces no se les ha talado y han llegado a viejos; de hecho como toponímico, "El Mesto" es frecuente.


            Salvo situaciones ecotónicas, mucho más corrientes de lo que pueda pensarse, cada especie ocupa un nicho ecológico determinado. Así la encina ocuparía un lugar acorde con unas condiciones  muy de acuerdo con la gama media termo-pluviométrica peninsular, dependiendo de factores edáficos y topográficos.

A veces los mestos son viables y prolíficos - Quercus senneniana (Q. rotundifolia x Q. broteroi)

            Las especies fotografiadas son la coscoja (Quercus coccifera), la encina (Q. rotundifolia), el quejigo occidental (Q. broteroi), el alcornoque (Q. suber) y el roble melojo (Q. pyrenaica), ordenados de mayor a menor adaptación a la xericidad, y algunos de sus mestosAunque también aparezcan, los quejigos de los suelos calizos orientales (Q. faginea) o los muy escasos robles andaluces (Q. canariensis), hablo de las quercíneas propias del centro peninsular silíceo.



             ESPECIE               RANGO TÉRMICO            RANGO PLUVIOMÉTRICO

            Coscoja                           40ºC a -5ºC                                250 a450 mm.
            Encina                             40ºC a -10ºC                              350 a550 mm.
            Alcornoque                      40ºC a 0ºC                                 450 a600 mm.
            Quejigo                            35ºC a -10ºC                              500 a700 mm.
            Roble  melojo                   35ºC a -15ºC                              600 a800 mm.


Como se puede ver en la tabla, donde faltaría el tipo de sequía veraniega que pueden soportar, cada especie tendría su nicho ecológico a pesar de un solapamiento, más importante de lo que parece. Dado que nuestro territorio es sumamente variado, es frecuente la mezcla de algunas de estas especies en localidades de variada topografía, lo que conlleva variaciones microclimáticas y edáficas. Además algunas especies pueden recibir aportes de humedad de las laderas o del subsuelo y, en general, no tienen grandes requerimientos edáficos; quizás el alcornoque prefiera suelos arenosos y los quejigos suelos profundos. Los mestos surgen en las situaciones ecotónicas, es decir, de solapamiento entre los distintos tipos de bosque.



Existe una catena altitudinal de sucesión de especies en función de la altitud, encinar > alcornocal > robledal, variación dada por el endurecimiento térmico al ascender, aparejado por un aumento en las precipitaciones. Esta variación pluviométrica influye tanto al aumentar la altitud, como a nivel zonal, como el aumento de las lluvias según nos alejamos del centro peninsular hacia el Atlántico. Por esto la sucesión de pisos de vegetación no ocurre a iguales altitudes en Gredos o en Guadarrama, en los montes toledanos o en la sierra de Montánchez.

Enorme quejigo (Quercus broteroi ) en los meandros del Guadiana

Pero existe una región, tanto a nivel zonal como altitudinal, que llamaría la “Zona de Los Mestos”, que es aquella de transición entre el piso de la encina y el piso del roble, aquí es donde con mayor frecuencia aparecen los alcornocales y los quejigares, que junto con las encinas de las zonas bajas y los robles de las altas, dan lugar a una mayor frecuencia en la aparición de los mestos entre todas estas distintas especies.

Quejigos, encina, alcornoques y melojos conviven en la línea 550m en el valle del Tiétar

Media Extremadura es una zona de transición pluviométrica, entre el encinar manchego y el robledal portugués; y también se podría trazar una sinuosa curva perimetrando el Sistema Central, Montes de Toledo y otros montes, que dejara abajo a la encina y arriba al roble. Esta sería la línea altitudinal de los mestos y la primera, la zona de los mestos por transición pluviométrica.

                        Quejigos (Quercus broteroi), alcornoques (Q. suber) y encinejas (Q. rotundifolia) de izquierda a derecha.

En la península existen varias regiones ricas en mestos al cumplir con lo anterior y por el hecho de contar con un buen conjunto de diferentes quercíneas, con lo que la hibridación está servida en bandeja. Estas áreas más ricas en mestos serían:

1.- Las áreas montuosas extremeñas y norte de Huelva (W):
            Q. rotundifolia + Q. suber + Q. broteroi + Q. pyrenaica + Q. coccifera
            Escasos: Q. robur + Q. lusitanica + Q. canariensis
Mestos:           Quercus x senneniana                  = Q. broteroi x rotundifolia
                        Quercus x neomairei                     = Q. broteroi x pyrenaica
                        Quercus x mixta                           = Q. suber x rotundifolia
                         Quercus auzandrii                       = Q. rotundifolia x coccifera
                        Quercus x marianica                     = Q. canariensis x broteroi
                        Quercus x andegavensis              = Q. robur x pyrenaica

Mesto en discusión, Quecus pyrenaica x Q. canariensis ?

2.- La región subpirenaica y montes costero-catalanes  (NNE):
           Q. pubescens + Q. subpyrenaica + Q. ilex + Q. rotundifolia + Q. faginea + Q. petraea                                    Escasos: Q. robur + Q. suber + Q. canariensis + Q. coccifera
Mestos:            Quercus x cerrioides           = Q. pubescens x faginea
                        Quercus x kernerii             = Q. robur x pubescens
                        Quercus x calvescens        = Q. petraea x pubescens
                        Quercus x desmotricha      = Q. subpyrenaica x canariensis
                        Quercus x coutinhoi            = Q. robur x faginea

El magnífico mesto Quercus x hispanica (Q. rotundifolia x Q. suber) de Sta. Quiteria, podría ser el mayor árbol de todo Cabañeros

3.- El centro-sur de Asturias-Cantabria-Galicia (NNW).
            Q. robur + Q. petraea + Q. pyrenaica                   Escasos: Q. faginea + Q. orocantabrica + Q. ilex + Q. suber + Q. rotundifolia + Q. pauciradiata
Mestos:           Quercus x rosacea              = Q. petraea x robur
                        Quercus x trabutii                = Q. petraea x pyrenaica
                        Quercus x puentei               = Q. orocantabrica x petraea
                        Quercus x penasii               = Q. orocantabrica x pyrenaica

Quercus x marianica (Quercus canariensis x Q. broteroi), entre Sierra Morena y Montes de Toledo

Los Quercus pueden hibridarse casi todos, pero lo hacen con más facilidad aquellos más cercanos en sus características (como el tipo de hoja: perisistente-marcescente-caediza) o en su genética (por subgéneros). Así se explica ese "mapa" previo de los mestos, en el eje norteño NNW, están los Quercus de hoja caediza (robur- petraea- orocantabrica) y localmente (faginea, suber, ilex y rotundifolia, incluso Q. lusitanicus en la costa sur gallega).

Quercus x senneniana (Q. broteroi x Q. rotundifolia) cerca de las Tablas, el mayor de todos hace poco rompió dos de sus tres enormes ramas

En el eje surpirenaico-catalán NNE, los submediterráneos y marcescentes (Q. pubescens (antes Q. humilis), Q. faginea y Q. subpyrenaica muy abundante y de origen híbrido entre los anteriores que para muchos es la nothoespcie Quercus x cerrioides. Aparte de las xerófilas Q. rotundifolia, Q. ilex y Q. coccifera, también los caducos Q.robur, Q. petraea. Ya cerca de la costa al elenco se le suman el alcornoque y el quejigo andaluz (Q. canariensis) lo que viene a aportar más posibilidades de mestizaje.

Mesto en discusión, la enorme "coscoja" de la carretera de Piedrabuena a Arroba de los Montes, puede ser  Quercus x auzandrii (Q. rotundifolia x Q. coccifera)

 Los mestos no son especies propias aunque algunos vayan especiando, son nothospecies, (notho: híbrido), se nombran por la combinación de sus padres o con el binomen: Género y la notación "x" previo al nombre nothoespecífico. Los mestos más comunes son:
Quercus x senneniana       >          Quercus faginea x Q. rotundifolia
Quercus x neomairei (welwitschii) >          Quercus faginea x Q. pyrenaica
Quercus x morisii                >          Quercus rotundifolia x Q. suber
Quercus x hispanica           >          Q. faginea x Q. suber

Mucho menos comunes son los mestos entre los Quercus más escasos: Q. lusitanicus, Q. canariensis, Q. orocantabrica y Q. pauciradiata.  


La determinación de los mestos es muy compleja, con algunos amigos sigo discutiendo todavía algunos casos. Un carácter clave son los pelillos (tricomas) del envés, además del porte y la hoja, donde se ve el parecido con el padre y la madre, y a cual de los dos se parece más. También es complicada su taxonomía, pues a la lista de más arriba hay que añadirle los mestos menos comunes y los nombres antiguos o invalidados.



En el continente americano, al contrario que en Europa, las glaciaciones no han acorralado a las especies, que tendrían que desaparecer por no poder migrar en sentido norte-sur y las quercíneas se han diversificado tres veces más que en Europa, y en Europa con su rica variedad mediterránea y sin un Himalaya de barrera, son el doble de diversas que en Asia. En la parte americana más parecida a nuestra región mediterránea (California y Méjico), llega a haber hasta cuatro veces más especies de quercíneas que por estos pagos, y las adaptaciones a la sequía son aún más ricas y variadas que en nuestra región.

Mestos Quercus x neomairei más como bosque que como individuos en la sierra de la Calderina



Según las previsiones de cambio climático, hay científicos postulando como método para curarse en salud, la plantación en las montañas de varios tipos de Quercus , pues por si mismos y con el paso de los años esas especies irán hibridándose. Esos híbridos heredarán características intermedias entre sus parentales, a todos los niveles, físicas y ecológicas y en situaciones de stress ambiental, prevalecerán las especies más adaptables y las quercíneas han demostrado esa capacidad, como he podido comprobar en algunas sierras de los Montes de Toledo oriental. En ellas buscando melojos, lo que he encontrado, han sido rodales de Quercus x neomairei, híbridos entre quejigo y melojo, sin duda bien adaptados a esa nueva situación de mayor sequía que ya no puede soportar un roble melojo.

Las morrenas terminales del glaciar de La Nava en Gredos

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           La Nava es un pueblo serrano situado al sureste de Barco de Ávila donde confluyen un par de gargantas que tuvieron importantes aparatos glaciares, amén de otros glaciares menores tributarios de éstas. Ambas gargantas vienen de las nieves acumuladas en el macizo de La Covacha (2.395m. segunda cumbre extremeña un par de metros por detrás del Torreón). La mayor y más occidental es la garganta de Galín Gómez, al noroeste de la Covacha y tras un largo recorrido deja sus morrenas terminales poco antes de la unión con la otra gran garganta, la de La Nava que recogía los hielos que se formaron al noreste de La Covacha.

El cordal del fondo separa las gargantas de la Nava (izquierda) de Galín Gómez (derecha)

            Ambas gargantas tienen dos buenas lagunas en sus cabeceras, la de La Nava y la del Barco, ésta la segunda mayor de Gredos después de la del Duque, cercana pero por algunos adscrita a otra sierra, la de Béjar o Candelario, aunque hablando en propiedad se trataría del Macizo Occidental de Gredos. En este mismo macizo de la Covacha y orientado totalmente al este (muy raro en Gredos), existe en un valle interminable, con otra bellísima laguna que es la de los Caballeros, a poco más de un km. lineal desde la de La Navahacia el sur-suroeste. En este macizo tiene lugar la prueba de sky más clásica del centro peninsular, la Carrera de Los Tres Circos (Caballeros-Nava-Barco), realizada desde antiguo por el Club Alpino Madrileño.

Gama de morrenas terminales. Al fondo la sierra de Béjar o macizo occidental de Gredos

            Una morrena es una formación de rocas y materiales acumulados en el frente y laterales de un glaciar que, a modo de pala de bulldozery debido al empuje de la enorme masa de hielo en su avance, va arrancando esos materiales de la base y laterales del valle, dejándolos enmarcando su recorrido, a partir del punto en que empieza a depositar su carga lateral, y al final de su recorrido. Posteriormente sigue una retirada del hielo, y si existe otro ciclo de frío, se vuelve a través de toneladas de nieve a generar hielo, que se acumula y pesa, deslizándose de nuevo por las laderas arrastrando y erosionando de nuevo todo a su paso.

Claro surco del glaciar de la Nava con sus dos morrenas laterales

            El estudio que estamos llevando a cabo, un equipo de geógrafos de la Universidad Complutense, va a intentar datar las diferentes morrenas terminales del glaciar de La Nava, para determinar como ocurrió la deglaciación, con sus diferentes retiradas y re-avances glaciares. Fácil de apreciar en todos estos glaciares gredenses porque todos finalizan en un conjunto de entre cinco y ocho arcos morrénicos frontales. Solo unos pocos valles muestran claramente morrenas intermedias o pequeñas morrenas tardías.

La morrena terminal está llena de bloques redondeados arrancados del superficial manto de alteración inicial

            El método de datación es bastante complejo e incierto, pues se trata de buscar entre los numerosos bloques aquellos que más tiempo hayan estado expuestos a la atmósfera, en concreto a la radiación cósmica y en función de la proporción de determinados isótopos es posible calcular su edad de exposición. Es complicado localizar los bloques ideales, que no hayan basculado ni hayan estado tapados; al tiempo hay que arrancar un trozo de su superficie a base martillo y escoplo, lo que siempre es muy laborioso.

Eligiendo el bloque y la muestra ideal

            El aparato glaciar de la Nava se inicia en un hermoso lugar, el Corral del Diablo, un circo bastante cerrado con una gran laguna originada por la sobre-excavación glaciar y ligeramente recrecida a principios del pasado siglo. Como bastantes valles glaciares de Gredos tiene una cabecera un tanto extraña para aquellos que conocen los clásicos glaciares alpinos que rematan en unas agrestes y escarpadas laderas, creadas por la propia acción de los hielos. En esta garganta el remate final tiene una empinada ladera orientada al este, mientras que las orientadas al norte y al oeste, son unas suaves lomas cubiertas de piornal.

La laguna de la Nava, al este una empinada y rocosa ladera frente al suave piornal cimero del este.

            En todo Gredos queda muy claro que las orientaciones al este son las que registran las mayores acumulaciones de nieve debido a que la circulación general de la atmósfera registra (y también la hizo en el pasado máximo glaciar), la mayor parte de las precipitaciones de procedencia atlántica. Por esto las ventiscas acumulan la nieve, que posteriormente se va apelmazando y convirtiendo en hielo al aumentar su cantidad, en las laderas orientadas al este; además el sol matinal siempre actuará con menor intensidad sobre la nieve que el sol de la tarde.

Final morrénico de Galín Gómez, se pasa de un valle en "U" a un valle en "V"

            Este valle tiene un buen camino que muestra toda la gama de formas que la geomorfología glaciar (el hielo y su posterior deshielo es quien  las crea) y periglaciar (quienes las crean son los ciclos diarios o estacionales de hielo/deshielo) pueden formar en estas montañas. Al poco de introducirnos en el valle vamos recorriendo el final de los diferentes arcos morrénicos, algunos claros y otros deshechos en grandes acumulaciones de bloques redondeados, para posteriormente andar por los llanos prados, seccionados por la garganta que ha erosionado estos materiales poco cohesionados,llanura que es una terraza fluvio-glaciar en ligera rampa desde la apertura del valle pero perfectamente plana.

Las fuertes heladas van congelando los cervunales a pesar de la poca lluvia caída este otoño

            En los laterales del valle vemos al pie de los escarpes magníficas pedreras, de bloques de todos los tamaños, esta vez llenos de aristas, arrancados de la roca por la explotación de las fisuras por el hielo. Vemos según subimos varias cubetas de sobre-excavación glaciar, pretéritas lagunas ahora ocupadas por pastos de cervuno y cerrados aguas abajo por umbrales rocosos perfectamente pulidos, son las rocas aborregadas.

Poza alojada en un estrecho canal sub-glaciar

            La garganta se encajona en la roca dejando unas muy buenas pozas, se trata de canales sub-glaciales. En una ladera se puede apreciar un surco o cicatriz en la ladera producido por una impetuosa bajada de una masa mixta de agua, suelo y rocas, tan rápida y erosiva que ha dejado un canal flanqueado por líneas de rocas y que acaba desparramado en lóbulos de rocas al final de su recorrido, es una corriente de derrubios, más conocido en inglés como debris flow.

Canal producido por el recorrido de un debris flow con sus levées laterales

            En un tramo llano, entre umbrales rocosos de la garganta, vemos el jaleo de canales y depósitos fluvio-torrenciales debido a bajadas impetuosas de aguas tras fuertes episodios lluviosos combinados o no, con los deshielos. Esto deja un cauce caótico lleno de bloques movidos y crestas de bordes de corrientes, con una gama de tonos desde los grises a los más blancos, que son los más recientemente removidos.

Céspedes almohadillados o hummocks debidos a la congelación bajo un cervunal con dinámica solifluidal

            El camino en lo más rocoso se pega a las paredes y muestra el buen hacer de quienes lo empedraron. Bajo algunos resaltes rocosos hay buenas muestras de megaforbios, formaciones vegetales que requieres de frío, sombra, humedad y mucha materia orgánica para prosperar; aquí se dan plantas nórdicas poco comunes al sur de los Pirineos, plantas de grandes hojas como la calabacera Adenostyles alliaria, el acónito amarillo Aconitum vulparia, el vedegambre Veratrum albumStreptopus amplexicaule, uva del diablo Paris quadrifolia y grandes helechos norteños entre otras.

Rincón megafórbico, con helechos, angélicas, acónitos, streptopus, hipéricos, etc.

            En alguna pared podremos ver la boca de dragón de Gredos Antirrhinum grosii, una planta antaño corriente pero que las cabras están relegando a las paredes lejos de sus dientes. Desde aquí abogo por que permitan el retorno de los lobos a Gredos y no sean abatidos los escasísimos individuos que por allí pululan, como hasta ahora, será bueno para todos, incluso para los cada día más vagos rebaños de montesas, para todos  menos para los ganaderos más vagos, aunque probablemente se les subvencionarán sus escasas pérdidas.

La cada día más escasa boca de dragón de Gredos (Antirrhinum grosii)

            Al parecer el rellano anterior a la laguna acogió una laguna en su seno que fue colmatada por las rocas en la ruptura del primer dique de piedra que se hizo a la laguna de la Nava, teniendo que rehacerse con posterioridad en mejores condiciones que la primera.
            Toda esta parte occidental quizás sea de lo menos conocido de Gredos sin perder la espectacularidad del área de la laguna de Gredos y Cinco Lagunas. La Nava y Galín Gómez están algo más transitadas pero la infinidad de valles laterales y otros valles como La Serrá o San Martín apenas tienen visitantes fuera de los pastores.

Morrena adosada a una ladera formando un "barquillo"

            Yo estoy ya muy unido sentimentalmente a esta sierra y me duele verla, a veces tan turisteada, aunque la mayor parte de la gente sea estupenda. Siempre recordaré una vez apagando un incendio de piornal junto a los Barrerones, con una buena cantidad de domingueros que pasaban hacia la laguna, por el camino sin pararse a ayudar o mirando sin entender que se necesitaba su ayuda, hasta que acudieron dos pastores del prado de las Pozas.

La Nava, el valle del Tormes y al fondo la sierra de Villafranca y la Sª de Ávila al fondo derecho.

            Hay mucho Gredos, desde la sierra de Ávila hasta el Piélago, desde Hervás hasta el Tiemblo, no quiero hablar siquiera de la cara sur y su enorme cantidad de gargantas no aptas para domingueros. Afortunadamente se necesitarían varias vidas para conocer todos los rincones que encierra Gredos.

            Espero que los estudios de las morrenas de la Nava sirvan para desvelar claramente como se produjo una deglaciación plagada de incógnitas y congeturas.

EL Pítano, más cerca de su extinción en Madrid

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        Hace unos cuantos años hice una fantástica ruta (arqueológica) con unos amigos (botánicos). Partíamos de la Casa de la Monta en Aranjuez hasta el castillo de Oreja, íbamos con expertos arqueólogos que nos mostraron y explicaron todo lo relacionado con el castillo de Oreja, imponente pero como de costumbre en España, en un estado de conservación totalmente deplorable.
  


            Nada más ver la histórica Casa de la Monta en la finca de  Sotomayor, a mediados de abril, me fijé en las laderas yesosas que daban a la llanura aluvial del Tajo; estaban llenas de unos arbustos tan llenos de flores amarillas que no se veía nada más de ellos. Le comenté a Andrés Revilla que era la primera vez que veía esos escobones de retama negra (Cytisus scoparius) en toda la zona del sureste de Madrid; se sonrió y me dijo que no eran escobas sino pítanos, Vella pseudocytisus y que se trataba de la localidad clásica y más importante de todo el centro peninsular. Desde entonces en que lo vi en plena floración, me ha parecido la planta más llamativa de todas las que viven sobre los yesos y también podría ser la más representativa de ellos, de no ser por su extrema escasez.
  


            El pítano es una planta muy especial y lo que la hace especial no es precisamente su estatus de planta en peligro de extinción, sino sus características y peculiaridades. Pertenece a la familia de la Crucíferas o Brasicaceas, plantas casi siempre herbáceas con unas características flores de cuatro pétalos en forma de cruz. Es la familia de los jaramagos, coles, etc. Esta planta es la mayor especie española de las escasísimas plantas leñosas de esa familia. Las crucíferas leñosas ibéricas pertenecen a tres géneros: Vella, Euzomodendron y Boleum. Del género Vella hay tres especies, una exclusiva de las cercanías de Alicante (Vella lucentina), otra el piorno de crucetillas (Vella spinosa) que hace honor a su nombre específico y  es propia de las sierras subbéticas y finalmente Vella pseudocitysus, el pítano.
  

            Euzomodendrón bourgeanum y Boleum asperum, únicas especies de sus géneros, no llegan al medio metro, la primera está especialmente adaptada a la zona subdesértica de Almería (desierto deTabernes) y el asperillo Boleum asperum a lo más árido de la baja cuenca del Ebro. Vella pseudocitysus tiene dos subespecies peninsulares y una norteafricana. Está la subrespecie psedocitysus de la zona margo-yesífera del límite toledano-madrileño, con una población mínima al norte de Almería y luego la subespecie pauide menor tamaño y menos híspida, del Bajo Aragón, también bajo mínimos. 


            El estado actual de esta especie  es lamentable, su potencialidad se extendería a todas las áreas margo-yesíferas españolas de interior de carácter semi-árido, es decir, casi todo: la baja cuenca del Tajo, la del Ebro y las “hoyas” de Andalucía oriental. El declive del pítano se ha debido a la mecanización agraria de los campos, a las repoblaciones forestales con pino carrasco, a la expansión de las urbanizaciones (legales e ilegales) y a las grandes infraestructuras de transporte.  De tal manera que el área actual manchego de la especie (el sur de Madrid también es la Mancha) se limita a unos 20km2 y con escasa regeneración. A pesar de que para germinar necesite primaveras relativamente húmedas y de un gradual paso térmico al verano, lo que por desgracia ocurre muy pocas veces en nuestro país, es una planta relativamente fácil de repoblar. A las escasas repoblaciones institucionales, se le unen bastantes introducciones (ilegales) de personas y grupos concienciados del valor y belleza de esta planta que crece en unas condiciones excepcionalmente duras como son los yesos.


             Los yesos suponen uno de los medios físicos más inhóspitos para las plantas, por muchas razones (salinidad, sulfatos, muy escasa retención de agua o se retiene tanto que es inaccesible a las raíces, escasísima materia orgánica, etc.). Por esto es muy difícil que una vez perdidas las condiciones forestales que neutralizan esta fuerte influencia del sustrato, puedan volver a recuperarse éstas. En el mejor de los casos se puede apreciar en el aljézar, una mezcla de encinas con espartos y toda la gama de arbustos y matas intermedias; pero lo más normal es que aparezca un espartal o tomillar gipsícola con muy escasa cobertura y un medio ecológico característico de los yesos como es la “costra”, un espeso tapiz liquénico que recubre el escasísimo suelo.
  

            En estos parajes y paisajes desolados es donde medra el pítano que con su tamaño de hasta metro y medio, destaca sobre el clásico jabunal de los yesos. Solamente viendo sus hojas coriáceo-crasuláceas, semejantes a pequeñas palas de chumbera cubiertas con pelos dispersos, se hace uno a la idea de la enorme especialización botánica a un medio ecológico tan adverso. La dispersión de las semillas se hace por dispersión balística al estallar la parte inferior del fruto.
  


            Como ocurre cuando existen pocas poblaciones para estudiar la ecología de una planta, las características y formas de esa localidad se le aplican a la especie como si fuese su óptimo ecológico y se puede leer en la bibliografía que habita la parte baja de laderas de umbría y que rehuye la convivencia con otras plantas especialistas de los yesos. Tras observar varias poblaciones, he podido ver que va bien, incluso tiene mayores índices de propagación, en solanas compartiendo o solapándose con clásicas especies gipsícolas con una especial afinidad por la jabuna, Gypsophylla struthium.
  


            La situación del pítano es muy delicada, si en Castilla la Mancha está catalogada como en “Peligro Crítico de Extinción” en la Comunidad de Madrid, famosa por su riqueza y por el desprecio e ignorancia de sus grandes valores naturales, se la considera una especie “de interés especial” de la que ya solo queda la mencionada localidad. Como ocurre con la práctica totalidad de las muy especializadas plantas gipsícolas, el pítano tiene un insecto exclusivo que vive en él, Clepsis laetitiae.
  
Entre ellos encontré la que pensé era (por los pelos largos), la rarísima Clypeola eryocarpa pero es C. jonthlaspi


            Pero no contentos con que haya desaparecido del 99% de su antiguo areal, ahora ha surgido un estupendo proyecto que como viene siendo habitual, pretende hacer privada una finca pública, y no otra, sino la Dehesa de Sotomayor, la localidad clásica de esta especie, la única población madrileña y quizás la mayor y más densa de toda la península. El macro-proyecto que se cierne sobre la Dehesa de Sotomayor, es un sobre-dimensionado Centro Hípico con un gran centro turístico de cabañas de alto nivel y multitud de servicios accesorios, como embarcaderos, piscinas, campo de golf, centro social, etc.,  Eurovegas en versión equina. 

Ladera con abundante regeneración, cosa poco común con los pítanos silvestres.

            Las organizaciones ecologistas madrileñas ya se han puesto a la labor para que se reconozca el gran valor de esta finca que es de todos y plantean la escasa utilidad social de un proyecto elitista y especulativo que irremisiblemente, máxime conociendo a las autoridades madrileñas, acabaría con una gran parte de la finca y con la última población madrileña y un alto porcentaje de la población mundial de este extraordinario endemismo.  Es una pena que el fruto de miles de años de evolución para conseguir el arbusto más bello y adaptado de nuestros aljezares, se esté yendo al traste por no cuidar nuestro patrimonio natural.
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